A veces, hasta ocasionaban admiración, verdaderos granujas que se pasaban la vida engañando con la palabra y la caradura. Me refiero a esos pícaros que con una habilidad pasmosa se adaptaban a los tiempos que les tocaba vivir. Ahora, el invento ese de internet y su empleo masivo por la población, les está llevando a una indeseada decadencia que les conducirá hasta la desaparición.
Este invento español que ha sorteado múltiples peligros durante siglos, la picaresca, perecerá, no por la labor policial sino por un instrumento que la modernidad ha creado para que no salgamos de casa, dejemos de relacionarnos con los familiares, vecinos y compañeros de trabajo. Así, nunca nos tropezaremos con un jeta profesional.
Ahora, esta modalidad delictiva, se hace vía electrónica, ( on line, dicen ), donde su número se ha disparado y apenas se pueden detener a sus autores porque suelen estar en el extranjero. Son los que ya conocemos como ciberdelincuentes. Utilizan las tecnologías de la información. Los fraudes más habituales son: recibir correos falsos de entidades financieras o instituciones oficiales donde se solicitan datos personales y claves y contraseñas bancarias: también pueden usar la vía telefónica con los mismos fines; crear páginas electrónicas para la venta de productos que cobran al contado y no remiten nunca; falsos alquileres, especialmente en la costa que tras cobrar la reserva desaparecen; inexistentes virus en el ordenador; falsas ofertas de empleo y así unas cuantas más.
El timo que estafa y defrauda tiene un extenso y variado recorrido entre nosotros. Si iniciáramos una clasificación desde la óptica policial, el trile la encabezaría, sin ninguna duda. Aunque sin desmerecer por supuesto, al tocomocho o la genuina estampita. Estos tres sistemas de engaño son los clásicos de la materia, verdaderas artes a los que ninguno nos gustaría ser los protagonistas, poniendo de manifiesto el peligroso poder de la palabra, base del engaño. He actuado, en alguna ocasión, como aquel mirlo blanco que sueñan que acuda y que no esperan que sea Policía y acaben malamente.
No hay que buscar mucho en la historia de la timoteca nacional para encontrarnos con casos en los que con mucha palabrería y recursos dramáticos, se vendía un imaginario país centroamericano, donde fuera menester. El del la cara del inocentón que con disfraz de julay, ( incautos ), excita la codicia de sus víctimas. Teatrillo que mostraba la maestría de mentir con mucho arte. Las historias que comparten la impunidad de la que gozan los defraudadores sobre sus víctimas ya que se repite, allá donde esté el engañabobos, la del cazador cazado.
Están también, los vendedores de La Luna y la del truhán que colocó la Torre Eiffiel, un par de veces. La confianza de los desesperados en encontrar la salvación interior en cualquier credo religioso o las apariciones de numerosos santos y vírgenes. El fraude piramidal, tan viejo pero en vigor, donde la avaricia inversora y rápidos beneficios que ciegan la voluntad, pivotan sobre el desmoronamiento de la montaña donde sacan tajada siempre los de arriba. En esta tropa de defraudadores, no faltan falsos sultanes; magos listos; robabancos y de museos, con chaqueta y corbata. También, herederos de cualquier trono europeo.
A estos ladrones de confianzas y dineros, les atraían especialmente, el poder, la aristocracia y el negocio financiero. Su conducta criminal es compulsiva y de difícil cura. Es frecuente que quienes estafan con palabras y obra, repitan sus fechorías al poco de salir de la cárcel, si es que los pillan. Tienen el mismo patrón de conducta que los delincuentes sexuales.
Habría que seguir en la lista de engaños con la ciencia, descubrir lo insólito y arrogarse patentes de inventos ajenos. Continuando con la fe, creer en lo intangible; falsos dioses; gurús de mercadillo; reliquias de saldo y los milagros que sustentan demasiadas religiones centran más relatos fascinantes.
Dicen, que el mejor negocio del mundo es pagar en rezos y cobrar en metálico. Las donaciones diezmos y testamentos son medulares en ciertas organizaciones religiosas y así mantienen el fervor espiritual, basculando sobre la muerte, el infierno-paraíso, perdón de maldades y demás sustantivos. Ese miedo es un activo muy rentable.
Todo lo relatado hasta aquí, por increíble que parezca les aseguro que es cierto. La impostura del defraudador. la debía de ensayar frente al espejo, estoy seguro de ello. En tiempos pasados, cuando no había espejos, el engaño en cuestión, realizado con labia y artes dramáticas nos servían para confirmar, una vez más, que la vida es puro teatro cuyos actores principales eran estos personajes.
Asuntos Policiales 
Hola, amigo Juan: Has hecho un buen repaso de todo el «espectro» de timadores que andan dispersos por el «mundo mundial», como dicen algunos. No me ha parecido ver a los embaucadores que juegan con la salud y la desesperación de la buena gente, o los que venden poderes afrodisiacos con polvo de cuerno de rinoceronte, ni a los de guante blanco con diversos productos «financieros»; en fin, la retahíla sería interminable.
Querría mencionar expresamente a una estirpe de auténticos fuleros– de guante blanco o descamisados, según convenga la ocasión–, auténticos vendedores de humo y promesas normalmente incumplidas: Se trata de la llamada «clase política». Lo más lamentable es que esos no suelen acabar nunca en la cárcel, y cuando lo hacen, es por poco tiempo. Con este inciso me despido hasta otra ocasión. Un abrazo.
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Como bien apuntas el número de embaucadores y sus especialidades seía interminable. Como muestra me he limitado a los más clásicos y conocidos.
Gtacias porf tu comentario, José Manuedl. Saludos.
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Divertido artículo Juan. Gracias por ilustrarnos una vez más.
Yo creo que la picaresca no es un invento español. Pero sí su literatura, como «el lazarillo de Tormes», por ejemplo.
En la Holanda que yo viví, allá por los 90, algunos de los «gigantes rubios de ojos azules» eran más «gitanos» que los «gitanos» en el buen sentido de la picaresca. Pues a trileros no los ganaba nadie. Y los británicos por lo general, tampoco andaban muy rezagados.
Lo que sucede es que los unos no pasaron de «tratantes de ganado», mientras que los otros se convirtieron en políticos y banqueros. Así es la vida.
Al principio, dentro de sus formalismos y las buenas apariencias, había de todo. Y dentro de nuestras informalidades, también. Pero finalmente abunda un «sálvese quien pueda» o !maricón el último! en un mundo en pleno apogeo apocalíptico, en lo que a valores se refiere. Y en este sentido, los españoles somos «los menos malos» por decirlo de alguna manera.
Te puedo asegurar que los españoles somos esplendorosos por naturaleza, al contrario que nuestros vecinos mencionados. Invitar o compartir de manera altruista y social como nosotros lo hacemos desde siempre -o al menos en el sur-…!ni de coña! Todo se hace por dinero, nadie suele invitar a nadie. A lo sumo: cada uno se paga lo suyo.
Y a nuestra historia me remito; nuestro imperio fue religioso con no pocos valores altruistas y espirituales, a la par que comercial. Y si nos fijamos en el imperio anglosajón, todavía vigente, carece de alma o humanitarismo, si es que alguna vez la tuvo. Es materialista por los cuatro costados;belicista, cruel, usurero,despiadado y maquiavélico.
Y todos esos «personajes de caricatura» que tan gráficamente describes…, algunos de ellos, los más ávidos, se han venido dedicando a crear y dirigir todas las instituciones mundialistas que hoy rigen el mundo, con legislación y solemnidad. Son esos que yo llamo «el crimen organizado internacional».
Sin ir más lejos… «la finanza internacional» es un contubernio de falsificadores de dinero legalmente constituida desde hace 500 años. Dinero que siempre fue creado de la nada a su favor y en nuestra contra. !Esos si que son auténticos magos de primera división internacional!
Y, al hilo de las tecnologías, son los mismos que están acabando con nuestras escasas libertades y derechos. Por ejemplo: la censura en las redes contra la «libertad de expresión», la vigilancia y denuncia de «delito de opinión», la limitación de movilidad (QR), etc,etc,etc.
Y es que: lo de comer insectos y carne sintética…, conducir contaminantes y peligrosos coches eléctricos…, o ser cercados en guetos/ciudades 15 minutos, por ejemplo, no será nada en comparación a la última sustracción de nuestro dinero físico «el de bolsillo», y para siempre: LA MONEDA DIGITAL
Para mí, estos son los delincuentes número uno contra la libertad y la propiedad privada.
Feliz día de domingo.
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Gracias por tu comentario, JuanGa. Un abrazo.
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Ahora los timos por Internet son los que se llevan la palma desde luego. Ya no ten engañan «en tu cara»,artes salidas cuanto menos de una escuela de arte dramático. Ahora te roban tus datos y tu intimidad y te vacían tu cuenta bancaria. También estudian, pues por más que nos advierten de los peligros seguimos metiendo la pata con sus hábiles camuflajes en la Red.
Toca estar más despierto que nunca aún estando en casa, en tu sofá, confiando que nadie te ve….
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Así es Leyre. Los tiempos han cambiado. La tecnología está sustituyendo al arte.
Grcias por tu comerntario. Un beso.
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