Cuando finalizaba el pasado y frío mes de enero, conocimos el procesamiento de 45 agentes de las Unidades de Intervención Policial de la Policía Nacional por su actuación durante el referéndum separatista ilegal ocurrido el 1 de octubre de 2.017 en Cataluña. Las acusaciones judiciales en su contra van desde posibles delitos de torturas, contra la integridad moral o lesiones, de acuerdo con la investigación realizada por el Juzgado de Instrucción nº 7 de Barcelona que ha durado cinco años, por los enfrentamientos habidos en 25 escuelas de la ciudad condal y cuyos ocupantes se negaban a retirar las urnas ilícitas allí instaladas. Otros 20 miembros de estas Unidades han quedado exonerados. Este procedimiento se inicia a raiz de las denuncias presentadas por el gobierno autonómico catalán y el Ayuntamiento de Barcelona por lo que ambas entidades entendían como desproporcionada acción policial.
Conviene recordar en este momento que los Policías trataban de que se cumpliera una resolución del Tribunal Constitucional que prohibía su celebración. Es de agradecer que el juez descartara imputar a los agentes por los daños ocasionados en las escuelas y por ese motivo, expulsa al gobierno autonómico del procedimiento donde se había personado como acusación particular, en su calidad de titular de los centros educativos afectados. Resulta llamativo también que no se haya imputado a ningún activista o votante de ese referéndum por atentado a la Policía o desobediencia grave a agentes de la autoridad ya que de haber seguido las indicaciones policiales no se habría recurrido al empleo de la fuerza y evitado así todo incidente.
Igualmente, es necesario mencionar que algunos de los responsables de aquellos actos han sido indultados y otros han visto archivadas o sobreseídas sus causas judiciales como parte de la política de este gobierno social-comunista para desactivar el violento proceso independentista catalán que está llevando a la ruina social y al enfrentamiento de los habitantes de esta región tan española. A la debacle económica no porque a pesar de la pésima gestión autonómica de esta administración regional golpista, el gobierno de la nación se encarga de inyectarle periódicamente, las suficientes partidas económicas para que no se vayan a la debacle social, enmascarándolas en los más diversos motivos. Me estoy refiriendo a miles de millones de euros. Sí, a miles.

Hasta este momento, el Ministro del Interior no se ha dignado abrir la boca en un sentido u otro, como si la feria no fuese con él. Los que sí han puesto el grito en el cielo como es su deber, es el conjunto de los sindicatos policiales que se han mostrado indignados porque no se ha salido en su defensa o por abandonarlos a su suerte. También, su estupefacción porque no se pueden enviar a agentes policiales a mantener el orden constitucional y ahora van a ser juzgados por hacer su trabajo como es el cumplimiento de la ley, mientras que el fuego de los contenedores de basura corría por las calles de Cataluña y los agentes trataban de protegerse de la lluvia de piedras que caían sobre sus cabezas. A causa de estas violentas agresiones muchos Policías resultaron heridos e incluso, alguno de ellos, tuvo que ser jubilado a causa de las lesiones sufridas.
El gobierno de Pedro Sánchez ni siquiera ha tenido la decencia de agradecer estos servicios que realizaron miles de Policía y Guardias Civiles en defensa de la unidad de España y la prevalencia de la democracia. Al revés, en los debates parlamentarios se ha mofado de ellos, llamándolos piolines.
La acusación particular de este procedimiento la realiza el gobierno autonómico catalán a modo de venganza por su fracasado proyecto separatista y como manifestación de su odio a los Cuerpos Policiales Estatales, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil que sabe que siempre serán un obstáculo para el incumplimiento de la ley y del orden constitucional.
Querido amigo Juan Francisco, acabo de leer tu artículo y tanto la rabia como la indignación, me han llenado mi alma profundamente española.
Si analizamos aquellos lamentables sucesos, ocasionados por los separatistas catalanes que mal gobiernan esta comunidad española, nos debemos trasladar al principio de los altercados, y analizar las decisiones del gobierno del P.P que mandaba entonces.
Bajo mi punto de vista personal, creo que la cobardía del gobierno del Presidente Rajoy y su consejo de ministros, tuvo mucho que ver en los acontecimientos posteriores, ya que no se aplicó el artículo 155 de nuestra Constitución, con la contundencia que requería el intento de golpe de estado, debiendo suspender al gobierno catalán que gobernaba, y nombrando una Junta en funciones que controlara a los Mossos de Escuadra, y diera órdenes a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, para mantener el orden público con los medios necesarios, deteniendo a los cabecillas y enviándolos a prisión de inmediato.
Se trató éste intento de golpe de estado con una falta de autoridad propia de políticos mediocres, con el resultado que vimos todos, y que como resultado se volvió en contra de los agentes de seguridad, a los que no se les defendió ni valoró, como era obligación tanto del Ministro del Interior como del Presidente Mariano Rajoy, y sufrieron vejaciones y trato denigrante sin el apoyo de sus mandos.
Si hubiésemos tenido un Gobierno fuerte y eficiente, en caso de agravarse el problema teníamos un Ministro de Defensa y un Ejército, que está para defender España y su Constitución, pero los políticos que llevamos sufriendo desde hace tiempo, y sobre todo el actual social-comunista, no están o no se les ve ejerciendo la labor por la que les pagamos un sustancioso sueldo, y que por méritos y trabajo no tenía que llegar ni al salario mínimo, establecido para la mayoría de españoles que trabajan para levantar nuestro país, y que son bastante menos valorados.
Mi apoyo y agradecimiento a todas las fuerzas de seguridad, que nos defienden y no merecen el trato que reciben por parte de las autoridades, las cuales espero sean enviadas al paro en las próximas elecciones.
Un abrazo de tu amigo Fernando.
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Una vez más coincido plenamente en tu reflexión y además te agradezco el reconocimiento y apoyo a labor policial en general y también a la desarrollada en aquel triste 1 de octubre en el que las calles de Cataluña se tiñeron del amarillo de las llamas del vandalismo separatista y del rojo de las heridas producidas a los Policías que defendían la democracia y el orden constitucional en aquella región tan española a pesar de las acometidas de las hordas independentistas.
Muchas gracias Fernando. Un abrazo.
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