Nos alejamos del momento primordial de la pasada Navidad y tres familias no pudieron celebrarla porque uno de sus miembros principales había decidido evitarla. Me estoy refiriendo a esos tres servidores públicos que en el curso de unos dias del mes de diciembre, decidieron quitarse la vida porque ya no merecía la pena continuarla. Dos policías nacionales y una guardia civil, todos ellos con hijos menores, aprovechando la posibilidad de una muerte rápida, utilizaron su arma reglamentaria para acabar con el suplicio interior que ya los estaba matando poco a poco. Y ella terminó, además, con la vida de sus dos hijas.
Aquellos dias próximos a finalizar el año, además de conmocionar a toda España, hizo aflorar una lacra que azota a los Cuerpos Policiales del Estado, habitualmente en silencio y con mucha discreción. La tasa de suicidios entre la Policía y la Guardia Civil durante la última década supera en un 60% la media nacional. Esta tasa, entre 2.013 y 2.022, fue de 13,3% por cada 100.000 habitantes frente al 8,3% de la población general.
Todo el mundo sabe que trabajar en la Policía es a menudo difícil y complicado. El ritmo de trabajo suele ser fuerte, las responsabilidades muchas y el margen de error inexistente. El policía debe de mantenerse siempre en estado de vigilancia para poder reaccionar de manera instantánea a las incidencias que se le presentan. Hay turnos de trabajo que son agotadores, bien sea de día o de noche, porque la seguridad pública debe de estar garantizada las 24 horas del día.
Reconociendo que más allá de cierto límite no hay nada que hacer o muy poco para reducir las tensiones que se producen en muchos servicios policiales, se carece de formación inicial para poder combatir esta clase de problemas. Al personal policial no se le enseña a estar preparado para enfrentarse al estrés cotidiano, esté o no relacionado con su trabajo. Desconocen los diferentes métodos existente para luchar contra la ansiedad para evitar que la misma se convierta en un obstáculo en su vida diaria.

Algunas veces, el policía no puede por si mismo hacer frente al problema de agobio y necesita la ayuda psicológica especializada, tanto para ellos como para sus familiares, para poder superar cualquier situación crítica que les pueda llevar al alcoholismo o al fracaso matrimonial como ahora parece haber ocurrido. O a la inversa como en otras ocasiones pasa. Sea por una razón u otra, hay que decidir así si es capaz de continuar con su trabajo o debe darse de baja para su servicio ordinario para poder retirarle la pistola que tenga asignada.
Hace dos años, ante la intensidad de los casos de este tipo de muerte en los cuerpos policiales, la Secretaría de Estado de Seguridad, dependiente del Ministerio de Interior, puso en marcha el Plan de Promoción de la Salud Mental y Prevención de la Conducta Suicida en la Policía y la Guardia Civil que no ha logrado reducir el número de fallecidos en ambos cuerpos. Las cifras asustan por sí mismas : cada año, casi 20 miembros de una u otra institución policial se quitan la vida. En el año 2.021, se suicidaron 34 agentes, 17 en cada cuerpo de seguridad. En el pasado año 2.022, 13 guardias civiles y 8 policías nacionales han seguido el mismo camino.
Las circunstancias personales están detrás del 95% de estos casos de fallecimiento pero el estrés laboral, el acceso fácil a las armas o las experiencias traumáticas en su trabajo empeoran o desencadenan la tragedia.

Frente a esto, los sindicatos policiales insisten en desarrollar más el Plan de Prevención ya existente porque los recursos asignados son insuficientes ( la Guardia Civil apenas dispone de 50 psicólogos para 83.000 guardias ) y también en aumentar los Puntos de Atención en la Policía Nacional. Ambas carencias motiva que los guardianes de nuestra seguridad confundan el suicidio con una salida a sus problemas.
En julio de 2.018, la Guardia Civil puso en marcha un protocolo de actuación frente a conductas anómalas y hay un grupo de trabajo con las asociaciones profesionales pàra redactar una Orden General ( Instrucción ). En 2.020, la Policía estableció el Plan de Promoción de la Salud Mental que creaba los Equipos de Intervención Psicosocial que da servicio las 24 horas todos los dias del año.
Hasta ahora, conseguir datos sobre estos suicidios era un tema tabú y solo se facilitaba la cifra genérica. Este gobierno socialcomunista que un día sí y otro también no para de presumir de transparencia, niega las demás circunstancias de estos lamentables hechos, la edad de las víctimas, su sexo y la provincia de destino de los agentes. Explica que no puede detallarlos porque a estos datos pudiera serle de aplicación, las cautelas recogidas en la Resolución de la Presidencia del Congreso de los Diputados sobre Secretos Oficiales de 11 de mayo de 2004, al encontrarse los mismos clasificados como materia reservada con arreglo a lo dispuesto en el Acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de noviembre de 1986 por el que se clasifican determinados asuntos y materias con arreglo a la Ley de Secretos Oficiales.
Hasta el año 2.020 lo poco que se conoce, se debe -curiosamente- a una pregunta parlamentaria del diputado de EH BILDU, Jon Iñarritu, cuya respuesta se publicó en en el Boletín Oficial del Congreso de los Diputados y era bastante alarmante: casi 400 agentes de los cuerpos policiales del Estado, se habían quitado la vida en las dos últimas décadas. La Guardia Civil era la organización policial que más había sufrido esa lacra, con 235 casos y la Policía Nacional 160.

En el mundo policial, es muy frecuente que un agente conozca a algún compañero que se ha quitado la vida con su arma reglamentaria y se está llegando en la actualidad a una media de suicidios cada vez mayor. Y todos nos sentidos dolidos cuando el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el 9 de septiembre de 2.020 lamentó en un Pleno del Senado públicamente el suicidio en prisión de un etarra, cuando no lo ha hecho por ninguno de los agentes fallecidos.
Que fuerte tu artículo por el exceso de trabajo aumento de estrés y ansiedad no tratado por psicólogos o
La falta de descanso , Debe existir unidad de prevención para tratar estas enfermedades. Más personal y más vacaciones de las que se carece hace que se aumente estos riesgos, máxime si son ocultados o no tratados , generan estos suicidios por problemas propios o ajenos al cuerpo. Es muy importante la prevención médica de la salud mental, en todas las actividades o puestos de trabajo de cualquier rama o actividad más en los cuerpos de seguridad del estado, Guardia Civil y Policía, no superando el exceso de trabajo en los ratios marcados o medidas de prevención. Hay que mimar más a los cuerpos de seguridad del estado, policia y guardia civil, garantía para todos los ciudadanos.
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Coincido plenamente en tu exposición porque tiene toda la razón del mundo. Muchas muertes se evitarían si se tomasen las medidas que citas.
Gracias por tu comentario, Juan.- Un abrazo.
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Querido amigo Juan Francisco, inquietante a la vez que lamentable el contenido de tu articulo, ya que los datos que cuentas eran desconocidos por mí, y creo que por la mayoría de ciudadanos de nuestro país.
Es normal desafortunadamente que ocurran suicidios en todos los trabajos y profesiones, pero en el tema que nos ocupa es doblemente lamentable, ya que demuestra que las fuerzas de seguridad no cuentan con los medios preventivos, por incompetencia de sus dirigentes, responsables de la salud y la integridad de sus subordinados.
Creo que además de la tensión y el estrés que debe producir este peligroso trabajo, la situación familiar de los policías que se agrava con los problemas que tienen que llevar a casa, y que me imagino que no debe ser fácil para los hijos y la pareja de entender, acumulan un estado de depresión que les lleva en algunos casos a tal determinación.
Nuestras fuerzas de seguridad no están debidamente atendidas en sus necesidades, ni de salud ni económicas, y las consecuencias se convierten en algunos casos en desesperación, con las consecuencias que llevan a un estado demencial, y al fatal desenlace que expones.
Como bien comentas en tu artículo, es lamentable que el nefasto Presidente del Gobierno más comunista que socialista, y a mi parecer falto de sensibilidad con poca talla moral ni dignidad, lamenta públicamente que un terrorista se suicide en prisión ( se deberían de suicidar todos), les da el pésame a los terroristas que se sientan en el Congreso de los Diputados, y ni una palabra de ánimo a los familiares de un policía o guardia civil, que por los motivos que sean han acabado con su vida por motivos de su lamentable situación laboral.
No vamos por buen camino y lo pagaremos todos antes o después, si no cambia la situación política de nuestro gran país, gobernado por impresentables políticos, que espero no duren mucho en sus puestos.
Desde aquí mi apoyo incondicional a todos los policías y guardias civiles, que tan encomiable labor realizan para protegernos, con mi deseo que también los valoren sus mandos, anteponiendo a los agentes por encima de los políticos que les mandan, ya que éstos cambiarán pero los agentes tendrán que seguir dando todo por nosotros los ciudadanos de a pie.
Un abrazo y felicidades por tu blog. Tu amigo Fernando.
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Como siempre, coincido plenamente con tu exposición y no tengo nada que añadir por mi parte.
Gracias por hacer tu comentario. Un abrazo, Fernando.
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Éste importantísimo problema es un asunto sin resolver, algo se está haciendo mal o no se hace lo suficiente. Las causas que expones son acertadas, sin embargo creo que falla mucho la selección del personal, al ingreso. Pienso que los reconocimientos psicológicos que se realizan adolecen, quizás, de más rigor, como por ejemplo estudiar los antecedentes médicos y farmacológicos de los aspirantes. Pero no cabe duda que el stres, el trabajo diario y los problemas familiares pueden mermar las
capacidades psicologicas de algunos individuos. Cursillos de prevención, seguimiento exhaustivo de las bajas psicológicas y por ende el aumento de especialistas sería beneficioso. Es mi humilde opinión. Un saludo.
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Me parece muy acertado tu comentario para mejorar los asuntos de Salud Mental que tan abandonados están en los Cuerpos Policiales Estatales. Parece que los responsables políticos de estas organizaciones están más preocupados con contaminar su ideología la obligada neutralidad política de sus componentes. Menos discriminación sexual con reservas de plazas específicas, disminución de exigencias físicas y más y mejores instalaciones dotadas de psiquiatras y psicólogos.
Gracias por tu reflexión, Pedro. Saludos.
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Querido amigo: Sigo este blog desde su creación, aunque de forma irregular. En verdad, últimamente, lo estoy repasando en mis momentos de meditación. Observo que mantienes viva la inquietud profesional de intentar mejorar todo lo relativo al Cuerpo Nacional de Policía y a sus componentes. Tu aguda, incisiva y clarividente visión de la realidad se traslada a su pluma y nos haces partícipes de tus hallazgos. Gracias, amigo.
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Gracias a ti por leerme y animarme a continuar el camino emprendido. Un saludo Porfi.
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