CAYUCOS PARA CANARIAS.

Todo el mundo en Senegal sabe de la existencia de esos barcos de mediando tamaño que ancestralmente se utilizan para la pesca y que ocasionalmente se emplean para transportar emigrantes ilegales al archipiélago español de las Canarias. Especialmente en los puertos de su costa y en las épocas de redes vacías. Ellos los llaman cayucos pero en España no dejan de ser lo que se conoce como pateras aunque dupliquen o tripliquen el tamaño y el pasaje de las que se utilizan en el Mediterráneo. Lo saben porque las mafias que los emplean, pagan bien. Y eso en un país africano y subsahariano es una noticia que vuela a la velocidad de la pólvora.

Los propietarios de estos barcos, experimentados marineros que se ganan la vida pescando, no pueden evitar las tentadoras ofertas que les hacen los traficantes de emigrantes para realizar la travesía a esa puerta europea que hay en el atlántico africano que se llama Canarias. Son humildes padres de familia con hijos a los que mantener, a los que se añade algún abuelo por cada una de las partes del matrimonio.

Son decisiones difíciles porque no son partidarios de ese tipo de encargos y además los peligros que encierran esos viajes son muy grandes. Pero acaban sucumbiendo cuando ven el enorme fajo de billetes que les pagan, sobre los tres millones de francos CFA, equivalente a unos 5.000 euros. Eso es mucho dinero para un país en el que ni siquiera la vida vale tanto. Así que aceptan y se echan a la mar en un viaje de varios dias que, en ocasiones, tiene un resultado incierto.

A partir de ese momento, su única preocupación es encontrar una tormenta demasiado fuerte, con olas de decenas de metros, capaces de echar al agua a varios pasajeros a la vez. O que se les rompa el motor y se queden a la deriva en la inmensidad del océano, rezando para que algún buque mercante los encuentre y pueda socorrerlos… o no, y mueran todos como ya ha ocurrido en alguna ocasión.

Si todo va bien y acaban siendo rescatados por alguien, se considera una victoria porque al viaje consiste en eso, en llegar a territorio español, no se paga por otra cosa. El destino que corran en las islas Canarias será cosa de cada uno. Unos pajeros lograrán quedarse pidiendo asilo político pero el propietario del cayuco no está interesado en eso y lo que quiere es que lo devuelvan a casa, sacudiéndose con satisfacción las manos mientras vuela en avión a Dakar, la capital de su país, en un viaje de vuelta mucho más tranquilo y que paga España.

Lo de volver a casa gratis y en avión se aprende a base de hacer viajes. En el primero de ellos, iban sin documentos de ninguna clase, ni teléfonos para que la Policía española no los pueda identificar, dificultando o impidiendo su devolución a los países de origen. En el segundo viaje, por el contrario lo llevan todo para que la repatriación sea más breve y la familia no tenga que preocuparse. Los hay que mienten sobre su nacionalidad y cuando los repatrían a ese otro país africano que no es el suyo, los llevan directamente a prisión porque el castigo es peor.

Una de las partes más difíciles del viaje llega nada más empezar porque hay que evitar la costa mauritana porque su Policía es de difícil trato, no se dejan corromper y se los llevan presos. Para evitar eso no les queda más remedio que alejarse de la costa en dirección a un mar inmenso que en varias ocasiones se ha perpetuado hasta el fin. Llevan consigo alimentos ligeros como arroz, espaguetis, sandías y mucha agua; además de 30 o 40 bidones de 20 litros de gasolina cada uno.

Marzo es la peor época para viajar porque es cuando hace más viento por eso es más caro para los que viajan y el cayuco tiene que ser de mejor calidad si quieren asegurarse la llegada. La Policía senegalesa parece no preocuparles mucho, ni tampoco el Ejército que colabora en estas tareas de control de fronteras porque no hacen ningún esfuerzo real a la hora de frenar este tipo de pateras a las que es muy fácil ver de lejos, con 50 personas de pasajeros y más cuando llevan chaleco salvavidas que es fosforescente. No hace falta acercarse mucho para irse antes para otro lado.

Entre los dilemas a los que se enfrentan estos pescadores patrones de los barcos están las tormentas, las provisiones, el rumbo, el estado de la madera de la quilla antes de partir y regresar a casa con su familia; cobrar su dinero y esperar otra oportunidad de volver a escrutar el océano durante siete dias que lo que se tarde de media en llegar a la isla de Tenerife. Si no, serán diez dias y se habrá acabado todo lo que llevan en el cayuco. Empieza a ser frecuente que se estropeen los motores y entonces se quedan a la deriva con 30 o 40 personas bajo su responsabilidad.

Encontrar datos estadísticos sobre la relevancia de estas pateras en el fenómeno inmigratorio que sufre Canarias es bastante complicado porque ya se encarga el Ministerio del Interior de Fernando Grande Marlasca de dificultar la información oficial todo lo posible. Las estadísticas que se manejan no distinguen entre las llegadas de puertos subsaharianos y las de Marruecos o el Sáhara Occidental que llevan población marroquí.

Pese a todo se puede afirmar que han sido dos los años ( 2006 y 2020 ) en los que han llegado más inmigrantes ilegales al archipiélago español en lo que llevamos de siglo. En el primero de los dos ejercicios, coincidente con la época más dura de la crisis de los cayucos, el año se cerró con 31.678 personas y el segundo con 19.566. Estas cifras suponen una media de 86 entradas de irregulares en 2006 por los 58 de 2.020.

4 comentarios sobre “CAYUCOS PARA CANARIAS.

  1. La gestión de la crisis de los cayucos en Canarias, paradigma para frenar la inmigración. La primera operación marítima de Frontex, que tuvo lugar en las Islas Canarias en 2006, contribuyó de forma significativa las pateras o cayucos. La repatriación con pactos de cooperación entre Españs y varios países africanos fue clave para cerrar la frontera sur de Europa. A primeros seis meses de 2018, más de 400 personas migrantes llegaron a Canarias, via marítima. Fernando Clavijo, quien expresó su preocupación por el cierre del CIE de Fuerteventura, se reunió con el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, se reclamó el refuerzo del Frontex y el Sistema de Vigilancia integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), que en enero de este año no detectó una patera en la costa de Lanzarote, en la que murieron siete personas. A pesar que el Gobierno apostó por una política de acogida e integración, el ministro de Intetior no ordenó frenar las devoluciones en caliente en Ceuta y Melilla, una práctica ilegal según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Tanto el Parlamento de Canarias como España, han vendido como un éxito la gestión de la crisis de los cayucos, porque consiguió frenar la inmigración hacia el Archipiélago. Detenidos 202 patrones de cayucos que llegaron a las Canarias en 2031 según periodico ABC , solo mes noviembre 2021?han muerto 13 personas a bordo de estas embarcaciones.El 13 noviembre del 2031 un total de 62 inmigrantes de origen magrebi fueron interceptados al sur de las costas canarias, se comprobó que 8 personas habían fallecido. Este problema debe implicarse la Unión Europea, y el refuerzo del Frontex, y acuerdos a tres bandas la UE, España, y los países africanos, para frenar esta invasion de cayucos o pateras a las Islas Canarias.

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    1. Sabes como yo que la gestión de los cayucos en particular y de las pateras en general son problemas de difícil solución a pesar de vidas cada vez más numerosas que se pierden en el camino. Esta vez me he querido referir al lado humano de los patrones de estas embarcaciones y su situación económica tan precaria que están tan abandonados a su suerte que, a veces no les queda más remedio que aceptar los encargos de las mafias para poder subsistir junto con sus familias.
      Gracias Juan por tu comentario. Un abrazo.

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  2. Querido amigo Juan Francisco, acabo de volver a Murcia después de unos días en mi retiro agrícola, y después de leer tu artículo te doy mi respuesta, siempre desde mi punto de vista, y sin ni siquiera esperar tener razón, ya que todas las opiniones son respetables.

    Observo tu interés en justificar de algún modo, el proceder de los patrones de los cayucos o pateras según se les clasifique, pero no encuentro nada que me convenza en su proceder, ya que poner en serio peligro las vidas de seres humanos, a cambio de dinero mafioso, es deplorable y merecedor de castigo ejemplar.

    Los pobres inmigrantes que se embarcan en tan peligrosa travesía, tienen una justificación pues huyen de la miseria y las guerras, pero los que de una manera u otra negocian sin escrúpulos con sus vidas, no merecen nada más que la prisión.

    Si justificamos este trato a los patrones, sería lógico también entender a los que trafican con drogas, introduciendo estas sustancias como transportistas llamados mulas que también tienen una situación económica lamentable, y se juegan la prisión por unas cantidades de dinero, insignificantes frente a los beneficios de los capos de las mafias.

    Al final los perjudicados son siempre los mismos, pero el fin no justifica los medios, y el que la hace la debe pagar. El dinero ganado limpiamente debe ser el medio de progresar en la vida.

    Me ha gustado tu artículo y me parece muy bien tu punto de vista. Un abrazo de tu amigo Fernando.

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    1. He tratado de describir la participación ocasional de algunos patrones de cayucos en el tráfico de emigrantes pero sin eludir su responsabilidad criminal que la tienen y a los que se puede identificar que hacen esta labor van de cabeza a la cárcel. En ningún momento justifico la ilegalidad de su función.
      Gracias Fernando por tu reflexión en la que esta vez parece que disentimos. Un abrazo.

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