La familia es quien vertebra al ciudadano, modela su personalidad y la conducta individual. Ese entorno sustancia lazos afectivos y socializa, pero hay matices y en opinión de muchos, demasiados.
Quién no tuvo padres, hermanos, primos, cuñados o lo dicho anteriormente no le afecta, no le importa. No elegimos progenitores, hermanos, familia ; ni vecinos, ni jefes. Solo la pareja y las amistades gozan de esa libertad de elección. El concepto familia tiene aspectos positivos y negativos, según a quién le toque opinar.
Si nos centramos en el universo delictivo, la familia es un caldo donde se cuece el Código Penal casi al completo. Es decir, aprovechando cercanía, afecto, confianza, poder o la idea de que alguien de la familia es incapaz de hacer lo peor, es la parte más oscura de lo que hoy abordo.
Más preocupante es que la impunidad de los delitos cometidos en el seno familiar ( que es una de las mayores aportaciones a la conocida como criminalidad oculta ) alcanza un 60%, según afirman las estadísticas que periódicamente se publican ( Consejo General del Poder Judicial -CGPJ- ; Ministerio Fiscal y Ministerio de Interior ). Entre miedo, intimidación y pereza por denunciar o aceptar alguna indemnización, -dineraria o en especie-, a cambio de dejar pasar, nadamos en un río revuelto de inmunidades.
El caso más abundante es el de los divorcios. Cuando se rompen los vínculos del amor y el respeto, basados en la pareja que convive, se pasa a la batalla cargada de odio. Aquí se da la particularidad de que los contendientes se conocen, saben de la vulnerabilidad del contrario y adivinan donde duele más aunque nadie gane.
Sin olvidar el peor de los maltratos: el económico. El que fuera amante o amado pasa a ser un insolvente en los procesos de ruptura. Incontables ex-maridos o parejas y padres, fingen no ganar dinero, disminuir ingresos, estar desempleados, despedidos o han liquidado el patrimonio privativo por el conyugal. La insolvencia punible o falsedad documental, merodean, rozan y penetran estas conductas.
Hacer firmar contratos a la que fuera pareja, artificiar pagos o deudas o liquidar activos bajo engaño suma más delitos : estafa, suplantación, falsedad…. Y qué decir de las vejaciones, intimidaciones, agresiones, violencia de género, injurias, calumnias que se suceden mientras se tramita judicialmente la ruptura de la pareja ; o los daños, abusos y agresiones sexuales que quedaron pendientes de denuncia por parte de la mujer mientras la pareja funcionaba.
Los Juzgados de Familia, de Primera Instancia, de Violencia de Género y los Penales, están llenos de expedientes donde se ventilan los conflictos que hay tras romperse la familia, vía divorcio. Como siempre, las víctimas inocentes son los más indefensos : los hijos y sobre todo si son menores de edad. Otro caso importante es cuando se tramita una herencia. Aquí la codicia humana llega al máximo, al paroxismo. Antaño, las reuniones de herederos eran pacíficas y de respeto por el fallecido. Se acataba la última voluntad plasmada en el testamento. Al albacea, se le respetaba igualmente. Ahora es un lío que muchas veces acaban en el juzgado habida cuenta de la conflictividad existente.

Los trucos para heredar más que otros, arruinar a los legitimados, engañarlos o aplastarlos con odios, agravios, traumas infantiles y otros, merecen una enciclopedia. Me refiero al familiar que está más cerca del moribundo y que falsea, exagera o inventa gastos y vacía la cuenta corriente o la libreta de ahorro con poderes o firmas falsas. Cuando los otros herederos se enteran de todo, entonces ya es tarde para recuperar algo y el botín está ya a buen recaudo.
También está el cuñado o sobrino listo que con ayuda de un bancario y un notario poco ortodoxos, se lo lleva todo. Las excusas para explicar lo robado -tras las fechorías- son ingeniosas y hay respuestas para todo. Al fin y al cabo se trata de una trama. Y luego están las apropiaciones indebidas, los robos y los hurtos de joyas, cuadros, recuerdos….; es decir, la rapiña.
Si en los divorcios o herencias hay una empresa familiar por medio, nos vamos a encontrar con un campo de batalla donde se abren paso los delitos societarios, apropiaciones indebidas, hurtos, robos y un largo etcétera.

Normalmente, los delitos entre familiares se dan cuando la empresa tiene bienes, la facturación va bien o se discuten modelos de gestión. El personalismo y la falta de humildad son perfectos para crear conflictos y engordar sumarios judiciales que heredan generaciones de descendientes.
Por último, los peores delitos que se cometen en el ámbito familiar se caracterizan -normalmente- por su falta de castigo. Me refiero a la carne, al sexo : abusos y agresiones sexuales, a la pederastia y a la violación. Si estos delitos engrosan la denominada criminalidad oculta es porque hay miedo o intimidación a denunciar y sobre todo coacciones graves a la víctima.
Padres y madres que abusan -años y años- de hijos y de menores; familiares que se aprovechan de la cercanía y la confianza para agredir o violar sexualmente, son los escenarios más comunes en estas transgresiones.
También, con ocasión de los divorcios hay muchas denuncias falsas que se hacen a través de los menores. Se acusa de lo peor al padre o a la madre que saldaron con ruptura traumática su convivencia y es parte del odio acumulado. Se trata de una venganza que asquea pero que existe y se utiliza con frecuencia.
En relación a tu documentado artículo: «Los delitos familiares», rebusco en la hemeroteca y saco algunos comentarios que puedan ser de interés al caso.
El 50% de los delitos contras personas mayores son cometidos por familiares, según informe de la Generalitad señala que hasta un 14% son víctimas de sus propios hijos.
La conclusiones del informe semestral de las Oficinas de Atención a Víctimas del Delito (Oavds) de la Generalitat Valenciana apunta que el 50% de los autores de delitos contra las personas mayores son sus propios familiares. De ellos, hasta un 14% de los casos son los propios hijos de la víctima
El problema social de la denominada violencia familiar o doméstica ha alcanzado en la actualidad una inusitada repercusión que la convierte en referencia obligada de debate debate al que no es ajeno de ninguna manera , el Derecho penal, y todo ello, sin duda, por las traumáticas consecuencias de todo orden que lleva aparejadas el ejercicio de esta clase de agresiones.
LA FAMILIA
F amiliar más común, pero las formas de vida familiar son muy diversas y dependen de factores sociales, culturales, económico y afectivos. La familia, tiende a a adaptarse al contexto de una sociedad
En todas las relaciones de familia influyen sin son parejas de derecho o de hecho.
Tipos de familias
Familia nuclear o moderna: formada por los progenitores y uno o dos o más hijos.
Familia extensa o tradicional: abuelos, tíos, primos y otros parientes consanguíneos, o afines.
Familia monoparental ; en la que el hijo o hijos cuentas con un solo progenitor (ya sea la madre o el padre)
Familia homoparental: aquella donde una pareja de val s o de mujeres se convierten en padres/madres de uno o más hijos.
Familia de padres separados: en la que el hijo hijos conviven con un solo progenitor o alternan la convivencia entre ambos, dado que los progenitores ya no son pareja, no conviven y disponen de un régimen de custodia sobre los descendientes.
Familias ensamblada, reconstituida o mixta: en la cual uno o ambos miembros de la pareja actual tienen uno o varios hijos de parejas anteriores.
Familia de acogida: en la que los menores no son descendientes de los adultos, pero han sido acogidos legalmente por estos de forma urgente, temporal o permanentemente mientras están tutelados por la administración.
Familia sin hijos por elección: en la que los conformantes de la familia toman la decisión de no tener descendientes.
Filiación legítima producto de un matrimonio religioso y cualquier hijo nacido fuera del mismo, pertenencía a la órbita del ilegítimo.
a) Matrimonio exclusivamente religioso, solo se considera matrimonio celebrado conforma a las normas de una determinada religión, sólo rige en el Estado Vaticano.
El matrimonio civil o religioso, y las parejas de hecho
De todas estas relaciones hay en la convivencia pueden originarse discusiones por herencias, por la separación de hecho o de derecho, de la patria potestad de los hijos,
Y cometerse muchos delitos, que muchas veces, son encubiertos -.
Yo tengo experiencia de problemas con herencias, casí a punto de llevarlas al juzgado,, y en otras, dejado perder nuestros derechos, por chantaje en la convivencia, yo me llevo un millón más que tú, a cambio tienes una hermano o hermana.
Una mala educación, hace que los hijos se subleven a los padres, viniendo a la hora que les da la gana, juntándose con amistades no recomendables, que puede llevar a gamberrismo, o incluso a más, robos, iniciándose de jóvenes en la delincuencia, por vicio, el alcohol y las drogas son componentes que llevan a la delincuencia para pagar estos consumos.
No llevar una vida ordenada a un orden o ley, unas reglas de convivencia, tener buenas amistades o relaciones de pareja, que no intoxiquen, o mediar con especialistas de convivencia familiares, exponer los problemas, o la ayuda de un psicólogo, cada vez se hace más necesaria en esta sociedad de consumo.
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Interesante exposición, Juan. Gracias por hacerla. Un abrazo.
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Querido amigo Juan Francisco, acabo de leer tu artículo muy interesante y bien documentado como todos los que escribes.
Tienes mucha razón al diferenciar a los familiares que a todos nos vienen impuestos por razones naturales, y que aunque sean excepciones los casos más lamentables, casi en todas las familias se encuentra algún caso que suele dañar la convivencia, y que a la larga se agrava si no se corta de raíz, con los amigos que elegimos libremente por sus cualidades y afectos, de los que podemos prescindir en cualquier momento si nos defraudan, sin más consecuencias ni remordimientos.
Sobre las familias casi en el cien por ciento son cuestiones económicas, que en la mayoría de los casos las ocasionan las parejas de los afectados directos, y que suelen terminar con la familia dividida y destrozada.
No hay que olvidar en esos casos, que a los culpables de las desavenencias no les unen lazos afectivos, y que solo ven la manera de mejorar su economía ( en muchos casos lamentable), pero que antes han inculcado a su pareja la duda y el odio contra sus padres y hermanos.
Conozco casos para todos los gustos, y puedo afirmar que las herencias en las que ha existido el buen juicio, la honradez y la poca ambición por parte de los herederos directos, donde han prevalecido los valores humanos y el amor fraternal, a empezado con un dato muy importante a mi juicio, que ha sido dejar fuera de toda intervención sin ni siquiera opinión, a los cónyuges y a los amigos metomentodo que suelen fastidiar algo donde intervienen, siempre a favor de una parte.
Sobre el otro asunto de la violencia familiar, creo que aunque los tiempos van cambiando, todavía existe en muchos casos el machismo por parte de los padres de familia, y la madre autoritaria que en muchos casos no defiende a la víctima por cobardía y sumisión, debida a la educación familiar recibida en su niñez y juventud.
Espero que la cordura que tanto necesitamos en los tiempos que estamos viviendo, se imponga con ayuda de la Justicia y las Fuerzas del Orden si es que las dejan, y que los políticos social-comunistas que solo se dedican a poner trabas a los Jueces, dejen paso a otros que tengan más preparación y las ideas claras de lo que necesita nuestra España, tan deteriorada y en riesgo de extinción.
Un abrazo y felicidades por tu artículo, tu amigo Fernando.
Aprovecho para felicitar las Navidades y el Año Nuevo, tanto a ti como a los lectores de este blog.
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Siempre claro y directo con tu habitual estilo. Comparto de nuevo tu reflexión y te agradezco que la hayas hecho. También te deseo una Feliz Navidad en compañía de tu familia. Un abrazo, Fernando.
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Hola Juan. Gracias por ilustrarnos nuevamente.
Ciertamente, todas estas barbaridades que brillantemente has expuesto, abundan cada día más, como si de una pandemia se tratase. Y está claro que existe toda una ingeniería social que lleva décadas en el empeño de la destrucción de la familia tradicional. Lamentablemente ya lo han conseguido.
Pues yo, al igual que casi todos los de mi generación, guardabamos un enorme respeto por nuestras jerarquías familiares. Nosotros podemos contrastar en primera persona el verdadero «cuéntame cómo pasó». No el politizado culebrón televisivo. Lo hemos vivido.
El respeto por la familia era todo un paradigma social.
Tanto era así, que algunos incluso llamaban de usted, a sus padres -no fue mi caso-. Y este dato, que a simple vista nos resulta obsoleto, dice mucho del enorme respeto que existía dentro y fuera de casa.
Recuerdo que en mi familia y en las escuelas, a diario nos adoctrinaban con normas sociales. Por ejemplo, ceder el asiento a las mujeres o los ancianos en el transporte público. Dirigirse siempre «de usted» a un desconocido. Pedir las cosas por favor y dar siempre las gracias.
La figura paterna siempre respaldaba la autoridad de la madre frente a los hijos. Pero, normalmente la madre, solía hacer de abogado de sus vástagos, si el padre no tenía razón. Y es que, la familia, al menos dentro de casa, era un matriarcado.
Otro ejemplo: entre hermanos siempre respetábamos al mayor, por orden de edad.
Respecto a los abuelos… era más de lo mismo. Pues se les acogía en casa en vez de enviarlos a residencias. Produciéndose un vínculo con los nietos, si cabe, más estrecho, tolerante y fraternal que entre padres e hijos.
Se podría escribir todo un libro a este respecto. No es que todo fuera justo o armonioso. No existe nada perfecto. Pero, sinceramente, creo que nunca debimos haber perdido esas costumbres, esa unión, esa educación.
Lamentablemente, hoy han puesto el mundo del revés en todos los sentidos.
Me despediré contando un breve un ejemplo vivido en mi familia, que me macó desde niño y para siempre:
Mi abuelo era guardia civil. Y en su lecho de muerte, en casa, se iba despidiendo de todos sus hijos uno a uno. Agonizando, eructó. !y todavía pidió disculpas a todos los allí presentes!
Un fuerte abrazo y Feliz navidad.
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Buena exposición en defensa de los valores tradiciones de la familia que, como bien dices, se están destruyendo a pasos agigantados. Pienso como tú que la familia es el núcleo de la sociedad, la que nos ayuda o nos protege según sea el caso y a la que siempre estamos unidos. Sin ella, nos quedamos más débiles, somos individuos y así nos pueden doblegar mejor.
Gracias por tu comentario JuanGa. Un abrazo.
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