La lápida de la tumba de José Antonio en la Basílica del Valle de los Caídos está siempre llena de flores. Es la única sepultura que está a la vista y si no fuera por los ramos frescos pasaría bastante desapercibida. Destaca uno con margaritas amarillas y claveles rojos. Y eso que está en un lugar privilegiado, en el centro del crucero de la iglesia, justo delante del altar mayor. De la lápida de Franco que estaba a su lado y que fue exhumada hace tres años, ni rastro. Se adivina su antigua ubicación por la solería del mármol todavía reluciente que ha sustituido a la pesada piedra que cubría la fosa.
En breve, José Antonio también abandonará el mausoleo obligado por las disposiciones de la recientemente aprobada Ley de Memoria Democrática que convertirá el Valle en un cementerio civil despojado de toda religiosidad. La familia del fundador de la Falange Española ya ha iniciado los trámites administrativos para su traslado a un camposanto católico, después de 23 años de enterramiento, tras su fusilamiento en la cárcel de Alicante donde permanecía preso, antes que este Gobierno socialcomunista exhiba el ataúd como un nuevo triunfo de su venganza tardía.
José Antonio, descendió a la tumba que se le había preparado en el Valle de los Caídos, el 31 de marzo de 1.959, velado por el impresionante crucificado del escultor Boevide, un nacionalista vasco que había recibido el encargo -con medias verdades- a través de su paisano el pintor Ignacio Zuloaga.

El régimen franquista que había adoptado la parafernalia estética del fascismo a la española -sin creer demasiado en sus principios- volvía a exhibir el cadáver del fundador de la Falange para dar sentido y hasta contenido al flamante Valle de los Caídos mientras España se preparaba para la carrera del desarrollismo económico y ensayaba una apertura social, política y económica que acabaría conduciendo al cambio de régimen.
La aplicación de esa ley hecha para reescribir la Historia según una única versión -tan falsa como interesada- prometía usar el cuerpo de José Antonio como un trofeo -de no mediar el interés familiar- por un Gobierno sectario que pretende ponerse una dudosa medalla ante una opinión pública que, en el fondo, permanece ajena a estos acontecimientos que pertenecen al pasado más que superado y lo que a ellos les preocupa es su día a día para llegar a fin de mes, debido a esta inflación devastadora que nos lleva a la pobreza generalizada.
José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, hijo del general Primo de Rivera, abogado y fundador de Falange Española, había sido fusilado en un patio de la prisión de Alicante, el 20 de noviembre de 1.936, hoy hace 86 años. Fue la consecuencia de una pantomima de juicio, sin la más mínima garantía legal, en la que nada sirvieron las recomendaciones del dirigente socialista Indalecio Prieto y del mismísimo Azaña. El Tribunal Popular republicano que lo juzgó estaba formado por tres jueces y un jurado formado por miembros del PSOE, CNT, PCE y UGT . ¡ Cómo para salvarse !

El cuerpo de José Antonio, junto con los de otros dos falangistas y otros dos requetés, fue sepultado en una fosa común del cementerio de Alicante. No tardaría en ser identificado y exhumado gracias a una antigua novia británica con la que había mantenido una apasionada y desconocida relación que debería de ser contada. Se llamaba Elisabeth Asquith y era una excéntrica y atractiva aristócrata, hija de un ex-primer ministro británico que se valió de muchas influencias para poder certificar su muerte.
Con ello, se consiguió desenterrarlo y trasladarlo a un nicho del propio cementerio donde permaneció hasta que la capital levantina fue tomada por las tropas nacionales, el 30 de marzo de 1.939. Su cuerpo fue de nuevo localizado y no tardaría en ser organizado un impresionante traslado de los restos desde Alicante hasta la iglesia del Monasterio del Escorial, donde el régimen había decidido inhumarlo con toda la vistosidad necesaria dada su simbología.
La víspera del tercer aniversario de su muerte, el 19 de noviembre de 1.939, volvió a ser exhumado para ser trasladado a pie, sobre una parihuela cubierta por un túmulo de terciopelo negro, a través de una España devastada por la Guerra Civil. Fueron diez jornadas de camino sin descanso, llevado a hombros de sus propios camaradas. La comitiva no se detenía sin siquiera por la noche, alumbrando el ataúd con antorchas mientras se hacía el silencio en el paso por las distintas poblaciones. El cortejo fúnebre llegó a Madrid el día 28 de noviembre y dos dias después al Escorial. Lo recibió Franco, uniformado de Jefe Nacional del Movimiento.

Allí volvía a ser sepultado, cambiando la tierra de la fosa común y la tapia de un nicho destartalado , por los pies del altar mayor de la impresionante basílica del monasterio, levantado por Felipe II cuatro siglos antes, bajo una severa, sencilla e inmensa losa de granito. Sobre la lápida solo una cruz y su nombre: José Antonio.
Pasaron 20 años mientras se culminaban las obras faraónicas del Valle de los Caídos y el cuerpo de José Antonio volvió a ser sacado de la tumba para ser trasladado al flamante mausoleo de Cuelgamuros, en la víspera del vigésimo aniversario de la Victoria de la Guerra Civil, fecha que se había escogido para inaugurar el recinto. Las cosas habían cambiado ya en España y se había pensado en un traslado discreto, en un vehículo fúnebre pero los camisas viejas, en contra de la familia y del propio régimen, volvieron a tomar en hombros a su fundador para hacer a pie el trayecto de 14 kilómetros que separa un lugar de otro.
Allí ha permanecido hasta ahora y la llamada Ley de Memoria Democrática pretende volver a sacar al cuerpo de José Antonio para ser exhibido como símbolo de una victoria de una guerra que se perdió hace mucho tiempo. Es justo lo que quiere evitar su familia, anticipándose a los previsibles acontecimientos y a la vocación histriónica del sanchismo.

El numerito del ataúd de Franco, televisado en directo y paseado en helicóptero pesa en el ánimo de los Primos de Rivera. José Antonio, así a secas, fue victima de la Guerra Civil, fusilado por los progresistas republicanos ( no por los alzados ) y es una figura fundamental para entender los vericuetos de nuestra compleja Historia contemporánea. Algunos, quieren reescribirla para vengarse porque no aceptan que fueron derrotados en aquella contienda que nunca debió de suceder, mientras la mayoría de la gente lucha por poder pagar la luz de sus casas o de sus negocios.
José Antonio merece que lo dejen descansar en paz de una vez por todas.
Magnífico artículo Juan. Desconocía el curiosísimo dato de la novia británica.
Solo tengo una ligera discrepancia. Respecto a tu comentario «El régimen franquista que había adoptado la parafernalia estética del fascismo a la española -sin creer demasiado en sus principios-» yo creo que no es exactamente así.
Y es que en el año 1945, los tanques de las tropas aliadas estuvieron apuntando a España en la frontera de Francia, sin saber muy bien si la invadirían, o no.
Pues ya solo quedaba España, como último baluarte de un «nacionalismo proteccionista», frente a la internacional comunista, por un lado, y la internacional capitalista, por el otro.
Gracias a Dios ya no éramos una amenaza contra nadie en el mundo. Aun así, nuestros padres lo pasaron muy mal debido a los bloqueos comerciales que no se desbloquearían hasta la llegada de Eisenhower.
Hoy, los llamados globalistas, con su nuevo orden mundial, ostentosos del foro de davos, etc, siguen con su agenda globalista desde el 1945 en Europa y desde 1978 en España.
Siempre opuestos y siempre vigilantes, a aquellos viejos movimientos «antisistema» -mal llamados fascismos-, anti globalistas en definitiva, que fueron los «nacionalismos proteccionistas europeos», de principios de siglo XX como la falange. Tanto ayer como hoy, los joseantonianos luchan en contra de un distópico gobierno mundial, en defensa de la propia soberanía de su nación.
Y curiosamente, son los poderes financiero- políticos de los globalistas apátridas y supranacionales como G.Soros por ejemplo, los que vienen alentando los contemporáneos «mini nacionalismos segregacionistas» -como es el caso vasco o catalán-, para usarlos de acicate contra aquellos países como España, en su estocada final contra su gran nación.
Y mientras los españoles venimos siendo divididos y emponzoñados en la confrontación territorial, política, religiosa, económica y sexual, la agenda globalista va socavando la poca soberanía que todavía nos queda, con el arma de todas las armas esclavistas donde las haya: «la deuda».
Pero hay muchas más. En verdad venimos siendo atacados desde muchos más frentes.
Invito a que se escuchen los discursos de Jose Antonio, pues parecen estar dedicados a los problemas sociales actuales, tanto a nivel nacional como internacional.
Y es curiosamente esa misma agenda globalista la que viene destruyendo a las naciones europeas en su conjunto, desde otra panorámica política mucho más internacionalista, atacandolas en su línea de flotación: «sangre y suelo».
Las políticas anti familia pro abortistas, por ejemplo, atentan contra la propia sangre, y las políticas migratorias también. En verdad esconden la suplantación poblacional por masas extraeuropeas -sobre todo africanas-, y la destrucción de las fronteras -en nombre de «la solidaridad y el comercio»-, asegurándose que todo amago futuro de «nacionalismo unitario», al estilo del viejo siglo, ya no tenga sangre y suelo que defender. El patriotismo actual que defiende la falange es por tanto identitario, tradicional.
La ideología de Jose Antonio, Franco no la pudo permitir aplicar tanto como quisiera. Y si tenemos en cuenta que Franco no era un político sino un militar, que además detestaba la política -y no más de lo que yo la detesto- El generalísimo interfería lo justo, y poco más.
Aun así, fueron los falangistas dentro del «movimiento», los que desarrollaron toda la clase media española desde cero, clase que hasta ese momento jamás en toda su historia existió. Fueron los falangistas los que desarrollaron todo tipo de políticas sociales, creando un estado del «bienestar», además de un «bien Ser».
Y fueron no pocos los falangistas que pasaron por las cárceles del régimen. Fueron muchísimos más que los rojos en comparación. Y esos que hoy profanan su tumba, no solo nunca fueron presos políticos del régimen, sino en muchos casos, hijos de honorables falangistas.
Me despido con alguna de las frases de su testamento político:
«Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas calidades entrañables, la patria, el pan y la justicia.»
Quien quiera leerlo entero aquí dejo el enlace.
https://es.wikisource.org/wiki/Testamento_de_Jos%C3%A9_Antonio_Primo_de_Rivera
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En tu amplia exposición ya sabías que íbamos a disentir de varias cosas que no hacen objeto tratar aquí. Ya lo haremos en privado cuando tengamos ocasión. Lo que me parece excelente es el enlace que has puesto para quién lo desee lo lea y se entere de lo que es un español patriota, sensato y ejemplar. Y de paso, que lo compare con la clase política que ahora tenemos para que vean lo que hemos retrocedido con tanto progresista de salón.
Como siempre JuanGa muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
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Gracias a tí Juan, por permitirme desahogarme de vez en cuando en tu blog, sin que jamás me hayas censurado. Espero con estas nuevas leyes de memoria, odio y censura, no meterte en un lio…
En realidad, más que una discrepancia, pretendía justificar a Franco, que tan criticado viene siendo desde el mismísimo 1936, en muchos entornos falangistas. Y de paso, mostrar el trasfondo ideológico de Jose Antonio en aquella época, que en nada difiere de la actual. Por lo demás, hay muchos aspectos criticables, sobre todo del régimen de Franco. Pero debido a los tiempos que corren, no seré yo el que se sume al enemigo, criticándolo fuera de casa. De hecho hoy, en justicia toca todo lo contrario.
Un fuerte abrazo Juan y, censúrame de vez en cuando… no vayamos a meternos en un lio!
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Estamos en un Estado de Derecho que consagra una de las libertades básicas del ser humano como es la libertad de expresión y por tanto, todo lo que se te ocurra en esta o en cualquier otra materia que contenga este blog tendrá su lugar correspondiente así como su difusión. La autocensura de las personas críticas como tú y como es lo que le gustaría a esta izquierda iletrada. Así que, aquí, gozas de total libertad. Estate tranquilo.
Como siempre, gracias por tu comentario JuanGa. Un abrazo.
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Hola y buenos días. Yo creo que a los aliados no les interesaba en nada enfrentarse a un gobierno contrario al comunismo y a todo lo que oliera a Rusia, y además preferían a una dictadura que a la República de chichinabo que teníamos. Un abrazo
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Coincido contigo en esa interpretación. La Segunda República fue un camino hacia la revolución y no hacia una democracia plena.
Gracias Antonio por tu comentario. Saludos.
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Nada que añadir, un artículo perfecto. Solo me queda decir que si hubo guerra fué por la inutilidad de la republica, llena de odio, sangre y venganza, donde la autoridad dependía de los sindicatos y no del gobierno, donde las milicias iban por la calle con un fusil al hombro, asesinando a todo aquel que no era afecto al regimen o simples sospechas, amen de las venganzas personales. Me atrevo a decir que si no hubiera sido por esta rivalidad entre los mismos republicanos, no sólo no hubiera habido querrá civil sino que posiblemente la hubieran ganado, pero eso no podía ocurrir en un gobierno sin honor y disciplina, donde en el ejército mandaban y ordenabán los sindicatos y los comisarios políticos.
De hecho habia tanto desorden en España, que los gobiernos democráticos europeos negaron su ayuda a la República, prefiriendo que en España hubiera una dictadura a un gobierno pro-ruso
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Solo tengo que añadir una cosa a tu comentario, Antonio: coincido plenamente con tu exposición.
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No entiendo, una Ley Democrática, que no sirva para hacer justicia en los dos bandos: El nacional y el republicano, si a José Antonio Primo de Rivera, lo fusilaron el bando republicano, deberían reconocer que fue un juicio injusto , y por ello se merece estar en el Valle de los Caídos por España, ahora llamado Cuelgamuros. La familia ha optado por sacarlo del lugar,para enterrarlo en un lugar desconocido , donde puedan honrarlo sus familiares, y recordar que dijo : Le gustaría,fuese la última sangre derramada, de España, del que fue un justo hombre patriótico. Que defendía a la clase obrera. Tu artículo muy completo y de otros que lo comentan: Justicia para José Antonio Primo de Rivera, yo no viví la guerra fraticida entre hermanos, al nacer en 1950, no ser falangista, mi familia se destaco por su neutralidad, recordando que Murcia, estaba en el bando republicano. Y sin entrar, en urgar en la herida, que hay que cerrarla y no abrirla.- Si una ley que sea justa, para los dos bandos, hubo demasiado muertos y desaparecidos, buscar la reconciliación, que se cometieron crímenes en ambos bandos, que don Manuel Fraga, dijo que fue una barrasada.-
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La exhibición de cadáveres en la España del 2.022 es un acto tribal que no corresponde ni a este tiempo, ni a este país. Se trata de una venganza tardía e innecesaria en el mundo en el que nosotros nos movemos. También un argumento para reabrir viejas heridas que a poco que las roces vuelven a supurar. Este Gobierno socialcomunista utiliza aquellos hechos para tapar su ineptitud en la solución de los problemas actuales de la sociedad y para lo que fue elegido.
Gracias Juan, como siempre, por tu comentario. Un abrazo.
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Muchas cosas de lo relatado lo conocía. Otras las desconocía. Hace poco estuve por el valle y vi los ramos de flores. Da igual si sacan el cuerpo de allí o si lo dejan. El sentimiento de algunos va a ser el mismo. Yo lo que opino es que al actual gobierno le gusta levantar cortinas de humo y pretende que la sociedad hable de estas cosas morbosas antes de comentar las reformas judiciales que tienen sobre la mesa. La mayoría de los medios de comunicación están a su servicio y todavía falta para la elecciones. Abordar la salida de José Antonio será la portada de los medios de comunicación y contribuirá al olvido de otras medidas que han adoptado por presión de su coalición y a sus intereses de banquillo.
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Efectivamente se trata de una cortina de humo para tapar los graves problemas por los que atraviesa España pero que, en esta ocasión, levanta ampollas y exhibe cadáveres como trofeo de guerra. En estos años y en un país como el nuestro supone un retraso impropio de un nación europea. Parece que volvemos a las tribus de antaño.
Gracias por tu comentario, Jesús. Saludos.
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Que pena que para un año que le queda de gobierno a este desastre que tenemos, hayan conseguido llegar a tiempo para poner en marcha esta Ley. Hace unas semanas estuve allí, en el valle de los caídos. Lugar sobrio, silencioso, majestuoso, lleno de historia. El simple hecho de permanecer allí las tumbas de primo de rivera y Franco era un atractivo, no por ideología sino por ser representantes en tan importantes momentos de nuestra historia. Y ahora que?, piensan que sacándolos van a hacer que desaparezcan?, pretenden distraer la atención de los españoles y desviar su atención de las continuas barbaridades que diariamente hacen y salen en los medios de información?????
No, gracias a dios eso no va a pasar, de su derrota electoral ya no los salva nadie, destierren a quien destierren y se remonten a lo que se remonten. Miserables y reencorosos….
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Me alegra que hayas podido visitar la Basílica del Valle de los Caídos y comprobar lo majestuosa que es al tiempo de ver allí la tumba de José Antonio antes de su traslado. Las barbaridades de este Gobierno pasarán a la Historia como ejemplo de lo que no hay que hacer porque no se puede votar a indocumentados. Este y otros muchos casos causan repugnancia a los historiadores y otras gente de bien. Algún día se avergonzarán de ello.
Gracias Leyre por tu comentario. Un beso.
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Querido amigo Juan Francisco, acabo de leer tu artículo tan bien argumentado como todos los que escribes, y documentado al máximo con datos algunos desconocidos para mí.
Después de leer los comentarios que acompañan al artículo, y que desde varios puntos de vista exponen sus apreciaciones, no voy a entrar en la línea que ya está reflejada, pero voy a ser más directo en lo que creo es pura venganza de cobardes, que en su momento no se atrevieron ni a levantar la voz para criticar lo que no les gustaba, y que su cobardía se la fueron pasando a sus hijos y nietos.
Muchos de estos herederos del odio y la venganza, de hechos que no vivieron pero que les ha servido para dedicarse al oficio de la política como medio de vida,( con muy poca preparación académica y desconocimiento de la historia ), se han dedicado a profanar tumbas de personajes que fueron con sus aciertos y equivocaciones, parte importante de nuestro país.
Puedo entender a los que sufrieron en la guerra civil por diferentes motivos, incluso estoy muy de acuerdo en pasar página y olvidar los excesos de la contienda, tanto en un bando como en el otro, pero nunca admitiré la cobardía y la venganza con los muertos, a los que creo se les debe tener un respeto, y dejarlos descansar en paz ( de un bando y del otro ).
Primero fue la desgraciada ley de memoria histórica, que revivió lo olvidado de mutuo acuerdo, después la parafernalia de la profanación de la tumba del General Franco, con un despliegue de medios que avergüenza a muchos, ahora la de José Antonio Primo de Rivera, y ya veremos cuando paran estos desenterradores, y se dedican a lo que todos queremos que es solucionar los problemas de nuestro país, para lo que les pagamos un buen sueldo no ajustado a sus conocimientos personales.
No me quiero extender más para no aburrir, y me despido felicitándote por tu buen escrito.
Un abrazo de tu amigo Fernando.
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Solo puedo darte las gracias por tu comentario con el que -una vez más- coincido plenamente. Basta ya de venganzas inútiles, espectáculos hirientes y exhumaciones políticas… todo ello relativo al pasado. Y del presente quién se ocupa…. ¿ o no hace falta ?.
Un abrazo Fernando.
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