Los españoles católicos nos hemos acostumbrado a lo largo de toda nuestra historia a que nos dieran casi todo hecho. Tenemos nuestros templos; vamos a misa cuando nos toca ; nos ponemos de pie, de rodillas, nos sentamos, nos santigüamos y nos vamos ; pero en eso de ayudar a la Iglesia en sus necesidades hemos sido bastante raquíticos.
Gastamos 30 euros en una comida con los amigos, en una camisa o en un capricho cualquiera y nos puede parecer razonable pero echar esa misma cantidad en el cepillo de una parroquia nos parece una barbaridad. Luego nos quejamos de que el cura no encienda la calefacción de la iglesia en invierno, ni los ventiladores en verano o de que no pueda pintarla por dentro y eso que está hecha una pena.
No hay más que ver cómo suelen ir los cestos en las misas de los domingos y demás fiestas de guardar en los que apenas se encuentra algún billete, no hay más que monedas. Si alguien necesita cambio para el parquímetro o para la máquina de tabaco, antes que a una cafetería cercana lo mejor que puede hacer es recurrir a su parroquia.
Desde aquí quiero hacer un llamamiento público a todos los sacerdotes que pueda llegar este mensaje para que a la entrada de sus respectivas iglesias pongan una pancarta bien grande con el siguiente lema : la misa es gratis, la luz no. A ver si así se hace mella en algunos de sus feligreses para que se den cuenta de que, hasta ese momento, apenas han ayudado a sostener a su parroquia y se disparan las necesarias colaboraciones.
No dejes de marcar la X Solidaria para la Iglesia ahora que estamos en plena campaña de Declaración de la Renta. Ojalá que cumplamos con este deber religioso.
AMEN.
Amigo Juan Francisco; la condición humana, por lo menos la que conocemos, nos hace ser muy pro, lo que sea, excepto cuando nos afecta al bolsillo.
En este caso, como en otros muchos, «solo nos acordamos de Santa Barbara cuando truena».
Por desgracia, la inmensa mayoría somos bastante incoherentes con nosotros mismos.
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Así es querido amigo y luego vamos a pedir milagros, entre otras cosas. Un abrazo y como siempre, gracias por tu comentario.
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Es una buena y muy oportuna reflexión; no solemos pensar en eso pero es bueno considerarlo y actuar en consecuencia. Es una gran bien el que hace la Iglesia.
Articulo muy acertado
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Muchas gracias por tu comentario, Antonio. La memoria la tenemos que refrescar de vez en cuando porque se nos olvida…. hasta que necesitamos alguna cosa seria y sobre todo grave y entonces ya sabemos donde tenemos que ir. Un abrazo.
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La verdad que no cuesta nada y nos beneficiamos todos, no solo en la conservación de Iglesias y monumentos históricos sino también con la enorme labor social que hace.
Seria necesario que fuésemos más conscientes y tuviéramos más información de lo que hace la iglesia con nuestra participación para crear consciencia.
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Así es Leyre, nos falta mentalización que sería bueno recuperar ahora que nos estamos » confesando » con Hacienda. Nunca es tarde para colaborar más que es como se merece la Iglesia católica. Gracias por tu comentario. Un beso.
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