La Asamblea por una Escuela Bilingüe en Cataluña ( AEB ), había denunciado ante la Alta Inspección del Estado, dependiente del Ministerio de Educación, el malestar de las familias a las que representan porque en vísperas del uno de octubre de 2.018 ( 1 – 0 ), varios centros educativos habían abierto sus puertas, fuera del horario lectivo, para celebrar el aniversario del referéndum ilegal. Se colgaron lazos amarillos y pancartas a favor de los políticos presos ; se bautizaron patios con el nombre de 1 de octubre y se hicieron otros actos conmemorativos de estas efemérides.
Tras reunir pruebas de estos hechos, la AEB presentó cinco denuncias en la Subdirección General de la Inspección de Educación del Gobierno autonómico catalán, que le respondió que esos actos había que enmarcarlos en el libre ejercicio de los derechos fundamentales de reunión y de libertad de expresión ; mientras que las pancartas, pintadas y otros objetos de connotaciones políticas eran hechos completamente ajenos a la comunidad educativa ya que aparecieron en las vallas y fachadas exteriores.
Tras esta inacción autonómica, la AEB le pidió auxilio al Ministerio, debido a la falta de neutralidad política en las instalaciones educativas catalanas. Siendo respondida a finales de diciembre de 2.018 que, la Alta Inspección del Estado no tiene competencias ejecutivas en el ámbito de la Educación porque están transferidas a las Comunidades Autonómicas y que el asunto denunciado estaba bien gestionado por el departamento catalán de enseñanza que era el competente para actuar en el caso que se le presenta.
A este propósito, hay que recordar que el artículo 149 dela Ley Orgánica de Educación ( LOE ), que está en vigor al no haber sido derogado por la Ley de Mejora de la Calidad Educativa ( LOMCE ), dice que : corresponde al Estado, la Alta Inspección Educativa para garantizar la observación de los principios y normas constitucionales aplicables y demás normas básicas que desarrolla el articulo 27 de la Constitución Española.
En el artículo 150 de la misma Ley, se añade que entre sus competencias está el velar por el cumplimiento de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de sus derechos y deberes en materia de educación, así como sus derechos lingüísticos.
Con lo que se deduce que, si bien la Alta Inspección no puede entrar en los colegios, ni sancionarlos, si tiene competencias para señalar lo que está haciendo mal el Gobierno regional catalán y repare el daño causado. Es lo que se llama un requerimiento, una especie de amonestación a la administración catalana, que si no responde, termina con una denuncia en los tribunales de justicia.
Esta figura, la utilizó en tres ocasiones, el ex Ministro de Educación del Partido Popular (PP), Íñigo Méndez de Vigo durante el año 2.017, en relación con problemas similares en la escuela de Cataluña. Ahora, la Alta Inspección de un Gobierno socialista, se encoge de hombros y le dice a los familiares agraviados que hacen bien en acudir al Gobierno regional.
El mes de febrero de 2.019, se hizo pública la carta que la AEB había recibido del Defensor del Pueblo en la que le comunicaba que iba a poner al Gobierno autonómico catalán en la lista negra de las Administraciones Públicas no colaboradoras o entorpecedoras de su labor, en el Informe que cada año publica en el primer trimestre y donde sacará los colores al Departamento de Enseñanza catalán porque no ha respondido a sus advertencias, por el uso ideológico de colegios y la colocación de lazos amarillos en los edificios públicos.
El Defensor del Pueblo, ha recibido un buen número de quejas en relación a los dos motivos anteriores, incluida la de la AEB, y no descarta emprender nuevas acciones. Sin embargo y como es sabido, su margen de maniobra es limitado ya que como órgano consultivo, no puede ir más allá de señalar lo que se está haciendo mal y, como mucho, dar cuenta de ello a la Fiscalía General del Estado.
Mientras tanto, las familias agrupadas en la AEB, sienten que ninguna Administración les respalda, quejándose de que se encuentran en una situación de desamparo institucional, después de que no haya más puertas a las que llamar, ni lugar donde les ayuden.
La postura de la Ministra de Educación del Gobierno socialista, Isabel Celaá, ha sido de negar, en primer lugar el adoctrinamiento, para en segundo lugar y después de haber sido pillada mintiendo, minimizarlo, utilizando datos inventados, diciendo que : solo el 0,2% de los libros de texto adoctrinan y la culpa de ello es del Gobierno anterior, que era del Partido Popular ( PP ).
Además, miembros de su equipo directivo han llegado a acusar al partido político Ciudadanos, de fundamentalistas por denunciar la ideologización de la escuela catalana.
Ahora solo nos queda comparar esta posición mantenida por la misma Ministra de un desacreditado Gobierno social-comunista, contra un derecho básico en la educación de nuestros hijos como es la enseñanza de su lengua propia y oficial en todo el territorio nacional ; y la adoptada contra la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia por el denominado pin parental ( derecho de los padres a conocer y autorizar las actividades complementarias de sus hijos, por parte de personal externo del centro, aunque el profesorado lo considere necesario. Especialmente en cuestiones de sexualidad, violencia de género o derechos de homosexuales y lesbianas ). A la que ya ha enviado el requerimiento previo para que si no cesa en ese comportamiento, denunciará ante los tribunales de justicia.