LOS RETOS POLICIALES DE LA EUROPA DEL FUTURO: ( 5 Y ÚLTIMO ): EL ETERNO DESAFÍO DE LA SEGURIDAD.

A lo largo de los últimos 20 años, hemos presenciado el paso de un orden mundial bipolar a un sistema multipolar de instauración gradual, seguido de un breve momento unipolar dominado por Estados Unidos; hasta el actual rumbo multilateral que se ha ido desplegando paulatinamente. En este nuevo orden mundial, coexisten distintos centros de poder en un entorno más inestable. Subsisten viejas amenazas como las armas nucleares en nuevas formas ( proliferación ) al tiempo que han surgido otras nuevas.

Estas nuevas formas de inseguridad como la inestabilidad financiera, deterioro del medio ambiente, dependencia energética, delincuencia organizada y el terrorismo, son más variadas, menos visibles y menos previsibles que nunca. La mundialización ha aumentado también nuestro sentimiento de vulnerabilidad al difuminar los límites entre las formas de seguridad interior y exterior.

Los conflictos armados en un continente lejano pueden amenazar la seguridad interior de Europa al crear grandes afluencias de refugiados. De igual modo, una cooperación policial insuficiente de los países europeos puede comprometer los esfuerzos de la lucha contra los sistemas de terror en el extranjero.

A su vez, todos los riesgos para la inseguridad se interrelacionan haciendo que la pobreza y la inestabilidad de los Estados en descomposición, sirvan de caldo de cultivo al terrorismo y a otros tipos de actividad delictiva. Por tanto, para hacer frente a los retos de seguridad del siglo XXI se requieren respuestas mundiales y anticipatorias que solo puede aportar un actor de la talla de la Unión Europea.

Desde hace tiempo, la Unión Europea se empeña en el siglo actual del mantenimiento y el desarrollo de un espacio de libertad, seguridad y justicia; destinado a facilitar la vida diaria de sus ciudadanos. Sin embargo, los atentados terroristas de origen yihadista que han asolado Europa durante los últimos años y antes en los Estados Unidos, han hecho patente la necesidad de una actuación más eficaz y coordinada de los Estados miembros europeos para hacer frente a estas amenazas y a otros problemas de seguridad que trascienden las fronteras.

Entre estos cabe mencionar: la trata de seres humanos, el tráfico de drogas, el blanqueo de dinero; la explotación de mujeres y niños; los desastres naturales y de origen humano; el cibercrimen, la piratería intelectual y desde luego, la corrupción.

Ahora es necesario que se actúe de manera decisiva, creando un nuevo modelo europeo de seguridad que ha de basarse en la concepción y en los objetivos que figuran en la Estrategia de Seguridad Interior, dando prioridad a los intereses de los ciudadanos europeos al tiempo que aborda los retos en rápida evolución del siglo XXI. Debiendo proteger los derechos y libertades individuales ; mejorar la cooperación y la solidaridad ente los Estados miembros; atender a las causas de la inseguridad y no solamente a los efectos; dar prioridad a la prevención; comprometerse con los ciudadanos y reconocer la interdependencia entre las dimensiones interna y externa de la seguridad a la hora de establecer un planteamiento de seguridad global con terceros países.

Hasta la fecha, la actuación común en esa esfera se ha visto obstaculizada por la resistencia de los Estados miembros a disponer las políticas en común sobre la información y a coordinar las acciones en materia de orden público, constituyendo uno de los problemas más delicados de la politica interior. Sin embargo, esta resistencia va a contracorriente de los deseos de los ciudadanos europeos que quieren que la Unión Europea se convierta en un actor de más peso en el terreno de la seguridad. Ignorando así, los importantes instrumentos y recursos de que la Unión Europea se ha dotado a lo largo del tiempo en el ámbito de la seguridad y de manera destacada en el Tratado de Lisboa, adoptado en diciembre de 2007.

Los retos de seguridad que se afrontan en la actualidad, exigen un auténtico planteamiento a escala de la Unión Europa, ingentes esfuerzos de cooperación, instituciones comunes y una financiación adecuada. Se necesita una nueva cultura de la cooperación en muchos ámbitos como la cooperación policial y judicial; el control de fronteras, la sanidad y la protección social y civil. Para ello será necesario aumentar las competencias de los organismos existentes como Europol para la policía y Eurojust para la justicia; el Centro de Situación; Frontex y el Coordinador de la Lucha contra el terrorismo. También será preciso crear nuevos organismos como por ejemplo, un Centro Europeo de Buenas Prácticas Policiales.

Además, deberá darse prioridad a los siguientes asuntos:

  • Mejora de los sistemas de intercambio de información sobre financiación de redes, rutas de tráfico para las armas de destrucción masiva; recuperación después de ataques terroristas y medidas preventivas a largo plazo.
  • Creación de un Equipo Europeo de Reserva compuesto por Unidades con una formación específica que estén preparadas para desplegarse sin demora y estructuradas a imagen del componente militar.
  • Desarrollo de un Sistema de Gestión de la Fronteras Exteriores más integrado, reforzando Frontex mediante un cuerpo europeo de personal especializado que esté disponible para asistir a los Estados miembros. ( pasaron de voluntarios de policías europeas a un Cuerpo propio en 2016 ).
  • Allanamientos de las incoherencias del Sistema Europeo de Asilo, en especial mediante una normalización de la definición de refugiado.
  • Creación de una Política Unificada de Visados y de un Servicio Consular Europeo, en el marco del futuro Servicio Europeo de Acción Exterior. Con demasiada frecuencia, la formulación política en este campo está gobernada por los acontecimientos y por lo tanto, hay que encontrar un equilibrio entre el fomento de la seguridad por una parte y las libertades individuales y los derechos humanos por otra. La forma de lograrlo, de manera razonable entre estos elementos inseparables variará en el tiempo y en función de las circunstancias, lo que requiere un debate político permanente en toda la Unión Europea. Aún cuando estén en juego riesgos en materia de seguridad deben de respetarse estrictamente unos límites claros para el acceso a datos personales y restricciones en cuanto al intercambio de los mismos.

Por encima de todo, es necesario que los Estados miembros de la Unión Europea reconozcan que la seguridad interior está supeditada -en gran medida- a la consecución de un entorno exterior seguro. Los retos transfronterizos en materia de seguridad no se detienen en las fronteras de la Unión Europea. Así pues, para mejorar la seguridad y la libertad de los ciudadanos europeos será necesario realizar una actuación complementaria más allá de las fronteras europeas.

2 comentarios sobre “LOS RETOS POLICIALES DE LA EUROPA DEL FUTURO: ( 5 Y ÚLTIMO ): EL ETERNO DESAFÍO DE LA SEGURIDAD.

  1. Extraordinario artículo y reportaje, merece su publicación en un libro, que yo sería de los primeros en adquirirlos por las preciosas lecciones, con las que nos ilustra. Recibe, mi felicitación, y enhorabuenas. Gracias, tú lector.

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