La Transición Política trajo a España la democracia pero al País Vasco y a Navarra no llegó hasta el año 2.011 cuando ETA dejó de matar. Hasta entonces había sido una democracia sin libertad para los que no eran independentistas. Se pasó directamente, del autoritarismo de Franco a la dictadura de ETA. Los atentados terroristas lo impregnaban todo, lo contaminaban todo. Durante años, el miedo, el recelo y el odio, se derramaron como un líquido pegajoso por todos los recovecos de la sociedad, la política, las instituciones, las amistades y hasta en la familia.
El miedo fue asimétrico. Los separatistas pusieron el victimismo y los que no lo eran, las víctimas. Ellos vivían en paz y en libertad y los otros querían vivir como ellos. Eran tiempos en los que cuando la Policía desarticulaba un comando de ETA que había asesinado en cualquier parte de España, en su tierra, los acólitos quemaban autobuses, cortaban las calles y las carreteras con barricadas y alguien era amenazado o agredido en su barrio del pueblo.
El miedo no paraba de crecer y se empobrecía cada día la sociedad. La mancha del terror fue tan grande que hubo muchos años de desesperanza en los que llegó a calar la idea de que la victoria sobre el terrorismo era imposible y que ETA había logrado empatar con el Estado de Derecho.
Es una realidad incontestable que estos criminales causaron centenares de muertos, miles de familias rotas y sin ninguna posibilidad de reparación. Ese es el papel por el que se verá a ETA en la Historia : el oprobio y la vergüenza. La violencia política provocó el empobrecimiento moral de una convivencia marcada por el señalamiento del discrepante y la ley del más fuerte.
Le corresponde al Partido Nacionalista Vasco ( PNV ) como partido político que más tiempo ha gobernado en la región, el hacer una reflexión profunda sobre lo que debe de unir a los vascos porque después de todos estos años, han sido incapaces de construir una sociedad para todos, ligada por algo más que la bandera ( ikurriña ) y la lengua ( el vascuence ). Se han dedicado a hacer patria, no país.
Durante la Transición, en aquella parte de la geografía española, de política no se hablaba. La gente normal evitaba pronunciarse para que no prendiera la discordia o para no ser marcados, dependiendo de que temas o posiciones se defendieran. El terror hizo peor a la sociedad vasca porque el miedo y el odio la colonizó y debilitó moralmente.

Hoy, desaparecida ETA, la lucha no es contra las pistolas y las bombas sino con las armas de la memoria y el relato y no tolerar la mentira, ni la manipulación que pretendan imponer sus herederos políticos que encima tienen representación institucional.
Lo que estos últimos están difundiendo es que unos jóvenes muy equivocados montaron ETA porque una dictadura quería españolizar el País Vasco y que había un clima de violencia que partía de muchos ámbitos y que ahora, por fin, tenemos paz … ( y pelillos a la mar )
Por eso, los cimientos del futuro solo pueden asentarse sobre la verdad, negando que hubiera dos bandos que se mataban entre sí, sino que había una organización terrorista que mataba a los que no la seguían para imponer una dictadura basada en el terror.
El futuro debe basarse sobre la verdad, y también sobre la reparación del daño causado.
Y eso no es posible sin exigir a los terroristas colaboración activa con la Justicia para investigar, juzgar y en su caso condenar, a los responsables de cerca de 300 actos de terrorismo aún no aclarados.
Sin eso, no hay base para un futuro en paz. Liberar asesinos sin, cuando menos, ese requisito es edificar sobre la falta de verdad y, en definitiva, dar la espalda a la realidad.
Parece que la dictadura de ETA sigue imperando.
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Gracias por tu comentario, Antonio. Un abrazo.
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Querido amigo Juan Francisco, buen artículo sobre ETA y su dictadura asesino-política, amparada por el gobierno ( más comunista que socialista ), que solo pretende y ha pretendido siempre mantenerse en el poder a cualquier precio, sin responsabilidad ni dignidad tan necesarias en cargos políticos.
En cualquier nación democrática deberían estar ilegalizados, tanto los partidos comunistas que sólo aportan miseria y temor a los ciudadanos, como a los que han sido terroristas y no condenan esos actos ayudando a esclarecer los crímenes cometidos, sin exigir beneficios a los condenados por su barbarie.
No podemos aceptar el comportamiento del Presidente del Gobierno actual, que además de mentiroso compulsivo, carece de moral al entregarse a los brazos de tanta chusma, por su obsesiva ambición de mantenerse en el poder como cualquier dictador de naciones tercermundistas.
Nadie podrá decir que los integrantes de la banda terrorista ETA son mentirosos, ya que nunca han negado sus fines nacionalistas, y además se vanaglorian de tener al Pedro Sánchez doblegado a sus intereses, a cambio de unos votos que le mantengan en el poder.
Las víctimas de sus actos terroristas se encuentran olvidadas y maltratadas por este gobierno, que permite que asesinos y colaboradores de atentados terroristas, se presenten en listas electorales en los pueblos y ciudades, donde viven sus víctimas y familiares.
Tengo la esperanza de que pronto cambiará el gobierno actual, pero el daño ocasionado quedará sin castigo para vergüenza de los votantes que los apoyen, si tienen un poco de dignidad e integridad moral.
Con la esperanza en un mundo mejor, que creo que nos merecemos la gente de a pie, te envío un fuerte abrazo. Tu amigo Fernando.
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Gracias por tu comentario, Fernando, tan sensato y juicioso como siempre. Un abrazo.
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