Ya estamos en la Navidad, tiempo que requiere muchos gastos por las tradicionales celebraciones aunque este año sean más austeras por la amenaza constante del virus chino – parece que la gente y nuestros medios de comunicación se han olvidado donde se originó y por el nombre por el que debe pasar a la Historia- pero también es el momento de cobrar -algunos ya la han recibido porque se paga entre los dias 20 y 25 del presente mes de diciembre- la segunda paga extraordinaria del año, la conocida popularmente como la Extra de Navidad.
Este complemento económico, lleva ya muchos años, dando un pequeño impulso a las economías familiares y el derecho a percibirla está reconocido en el Estatuto de los Trabajadores ( artículo 31 ) aprobado en 1.980 y se mantiene desde entonces, hasta su última actualización en el Real Decreto-Ley 2/2.015, de 23 de octubre. Además, ofrece la posibilidad de que el empleado pueda cobrarla prorrateada en doce mensualidades. En cuanto a su cuantía, suele ser igual al salario base del trabajador en función de su categoría profesional y nunca podrá ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional.
En la sociedad española tenemos asimilado que una de las dos pagas extraordinarias se abona en Navidad aunque la mayoría desconoce su origen. Esta gratificación es una herencia del Régimen de Franco que la instauró -no existía antes- a mediados de la década de los años 40 del pasado siglo, en plena hambruna de la posguerra civil española, siendo una peculiaridad nuestra que hoy podríamos decir que fue una especie de aguinaldo.
Por aquel entonces, los salarios de los trabajadores -el afortunado que lo tenía- se desplomaron y para hacer frente a las necesidades económicas de las familias, se estipuló que, en las Navidades de 1.944, los trabajadores de las industrias no reglamentadas, cobraran una paga extra equivalente al salario de una semana. Un año más tarde, en 1.945 esta medida se estableció con carácter general, dando lugar a un sueldo anual repartido en 13 pagas mensuales.

El Boletín Oficial del Estado de 9 de diciembre de 1.945, recogía una Orden del Ministerio de Trabajo por la que se establecía una gratificación equivalente a la retribución de una semana con motivo de las Fiestas de la Navidad.
La paga extraordinaria de verano, llegó un par de años más tarde, en 1.947, como consecuencia del buen recibimiento de la paga de Navidad por parte de los trabajadores. El franquismo añadía así otra retribución similar a la que se cobraba en Navidad. El motivo fue la conmemoración del 18 de julio como Fiesta de la Exaltación del Trabajo. e inicialmente concebida para celebrar el Alzamiento Nacional.
Las empresas no pusieron nunca ningún obstáculo al cumplimiento de esta disposición gubernamental porque de paso, suponía la mejora de la satisfacción del empleado porque las empresas eran conscientes de que un trabajador que no está contento con su sueldo, no rendirá al 100%. También incrementaba el compromiso y la fidelidad de los empleados, haciendo sentir al trabajador que se valora su trabajo. Y por último, favorecía la productividad porque un empleado feliz es más productivo.
Jajajajajajajajajaja, que se pronuncien los» progres», están todos calladitos ….
No desiste ninguno a este ingreso que tan bien viene en estas fechas de tantos gastos. En este caso la ideología le permite aceptarlo…lo que viene siendo «lo ancho para ti y lo estrecho para mi….».
Seguro que la inmensa mayoría (progresistas o no)desconocía el origen de tan acertada medida, así que gracias por hacernos llegar esta curiosidad que podemos utilizar de manera jocosa.
😘😘😘
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Estos cualificados gobernantes que disfrutamos saben perfectamente donde tienen que meter la mano y donde tienen que esconderla. Renunciar a una paga extra…. hasta ahí podíamos llegar. ¡ Viva la coherencia socialcomunista !. ¡ Con lo malo que era Franco !.
Gracias Leyre por u comentario. Un beso.
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Querido amigo Juan Francisco, ya sabemos todos que el conocido dicho, haced lo que yo diga pero no lo que yo haga. Frase que les queda muy a la medida de los nuevos ricos, antes progres comunistas. que cuando no estaban agarrados como garrapatas a las ubres del poder político, criticaban todo lo que ellos no tenían, debido a que tampoco se lo habían ganado trabajando.
En estos casos no nombran a Franco y las mejoras laborales que tuvieron los trabajadores, después de la miseria que trajo la República, y que dejó a éste país en la ruina laboral y económica. Pero esto no se dirá en la Memoria Histórica, debidamente censurada en lo que no les gusta.
Pero al cambiar las tornas ya no se acuerdan de lo que defendían a gritos y con manifestaciones violentas, y ahora acaparan todo lo que pueden, viven de la manera contraria a la que exigían a los demás, y disfrutan del lujo que sus » borregos fieles «, creían imposible-
Me produjo un desasosiego tremendo, por decirlo con palabras suaves, cuando la Vicepresidenta del Gobierno de España Carmen Calvo, respondió con una caradura digna de imprimir en una pancarta, cuando le preguntaron por las mentiras del Presidente Pedro Sánchez cuando estaba en la oposición, y con toda su caradura respondió que eso lo dijo antes de ser Presidente y ahora era distinto.
Está claro que las palabras y la dignidad se las lleva el viento, y que nos toman por tontos integrales a los ciudadanos. ¿Recordáis cuando el comunista Pablo Iglesias, decía que ningún cargo público ganaría el triple que un trabajador?. pues parece ser que se le olvidó pronto, ¿ y cuando criticaba a gritos a los políticos que vivían en chalet de lujo ?.
Pues lo triste de estas cosas es que se olvidan pronto, y los llamados progres antisistema siguen defendiendo a los que les engañaron miserablemente, por tanto y aunque me duele en el Alma, tengo que reconocer que tenemos lo que nos merecemos. mientras los votos de la gente que trabaja y produce, valgan igual que de los vividores, delincuentes, etc., y siendo consciente de que la Democracia tiene que ser así, tendremos que aprender a vivir con ello, y el futuro seguirá siendo incierto.
La dignidad de muchos políticos queda anulada cuando les toca el bolsillo, y son capaces de cualquier cosa con tal de seguir cobrando y disfrutar de sus prebendas. sólo les falta que les cuelguen un cencerro del cuello, para que no se desvíen de la manada, y así los perros ( en sentido figurado y sin ánimo de ofender ) que dirigen el ganado no los pierdan de vista, y ninguno se despiste. Cuando hay que votar algo que les interesa no falta ninguno en su escaño.
No me alargo más porque se me van a cruzar los cables, y quiero ser comedido dentro de un límite.
Un abrazo y te deseo Una Feliz Navidad y un Año Nuevo sin pandemia y con mucha Salud.
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Creo que poner al descubierto las pillerías de nuestros gobernantes es un ejercicio de crítica democrática. Recordales que los hechos son como son y aunque los omitan porque les interesa no dejan de ser ciertos. Así que vayan dando ejemplo y esta paga extra -para empezar- la vayan depositando -ya que el verbo renunciar, y más si es dinero, no lo saben conjugar- en cualquier organización humanitaria que elijan porque sus recursos ya casi están acabados.
Gracias por tu comentario, Fernando. Un abrazo.
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Ninguna dictadura que se precie deja de tener su veranillo. Los mal pensados pueden creer que, durante su devenir y desde el mismo momento de su concepción, tratan de caer bien a toda costa. Cualquier cosa, por natural que nos parezca, es obra suya si el final es dichoso, léase un año lluvioso, el gordo de lotería, una matanza bien curada (ojo, me refiero a la del cerdo por el santo que toque), la erección de un pantano, la paga extraordinaria o la Copa de Europa de Naciones. Sin embargo, las cartas mohínas suelen ponerlas boca arriba los diablejos de toda laya (diablejos que se meten en la economía, mayormente), y algunas son particularmente tenaces. Así, bajo el Caudillaje, el nivel de vida no igualó al de la República sino ya mocitos los años cincuenta; aunque bien es verdad que ya por entonces teníamos la paga extraordinaria. Algunos “tal vez” una gazuza extraordinaria, pero no se notaba porque a la gente le daba vergüenza y un tanto de miedo el decirlo. También algunas verrugas extraordinarias, que eran fácilmente curables –solo hacía falta comer algo más y mejor–, una flaqueza extraordinaria, una ilusión extraordinaria (qué feliz me hacía leer los cuentos de Carpanta, siempre en Navidad, esos en que se escapaba el pavo –aún vivo, claro– y recorría Madrid por su cuenta). Cualquiera que lea esto pensará que yo pasé calamidades, y tampoco es para tanto. Puede ser que fuera la paga extraordinaria que le daban a mi padre, no sé, pero del hambre no me acuerdo: las necesidades serían otra cosa. De lo que sí me acuerdo es del vacío que había en todas las casas y en todos los ojos. Un vacío que llegaba hasta el muladar, allí en las eras, donde nunca hubo nada, ni ordinario ni extraordinario. El muladar era donde la gente debería echar las cosas inservibles. Qué ingratos, nunca encontré cosa alguna.
Os deseo a todos quienes escribís en este Blog, principalmente a su promotor, una Feliz Navidad, y un 2021 mejor que este año aciago. Suerte.
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Este blog está abierto a todas las personas de buena condición, entendiendo como tales a gente normal, sencilla, prudente y civilizada. Capaz de reconocer errores y pedir disculpas por ello si alguien se siente ofendido. Formada en valores y respetuosa con otros aunque piensen de manera distinta. Pero resistente a la manipulación, insensible ante la propaganda y combativa contra la mentira. Por eso en mis artículos siempre parto de un hecho cierto del que suele hacer una reflexión, a veces acertada y seguro que otras veces equivocada. Pero la realidad siempre es cierta y la opinión que de ella tengamos depende del color del cristal con que se mire como decía el poeta ( Campoamor en este caso ).
Gracias Víctor por tu comentario, como siempre muy bien relatado. Un abrazo.
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Artículo muy bien documentado, no creo que ningún «progre» renuncie a la paga extra de Navidad, ni a la del verano, que instauró Franco. Es un hecho consolidado, y necesario para los gastos extraordinarios de Navidad, como luego la del verano, para poder irse de vacaciones los trabajadores. No se opusieron los empresarios, y vino muy bien a los asalariados, para regularizar el jornal diario y mensual, y viene muy bien a todos,»progres» «agnósticos», «·ateos»,»cristianos» políticos de derechas, centro e izquierdas. En resumen al pueblo. Lo que se llama «La Paga de Franco».
Lo que no sabía, que se puede prorratear en doce mensualidades, una información de un gran experto en tu curriculum vitae, Master en Dirección y Administración de Empresas. Diplomado en Derecho Tributario y Asesoría Fiscal, aparte de Comisario del Cuerpo Nacional de Policía (jubilado) un gran profesional, recuerdo condecorado
en la Glorieta, por el Gobierno socialista.
También creo recordar, que se podía pedir un préstamo laboral social al INSS, independiente de a los bancos y cajas de ahorros. Yo lo pedí, y me lo concedieron.
Interesante datos informativos que aporta para la historia, y que la paga de Navidad, les guste o no, es la paga
franquista que instauró el Jefe del Estado, Caudillo Francisco Franco.
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Así es, como lo dices , » la paga de Franco » que no se nombra, que no se cita, pero que se cobra con alegría. No está de más recordarlo para que estos social comunistas que nos gobiernan sepan de donde viene por
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que en zafiedad hacia Franco, omiten «detalles como este » algo sin importancia y que viene del cielo -para ellos el más allá, ya que son ateos-.
Gracias Juan por tu comentario. Un abrazo.
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