DE CUANDO ZAPATERO VENDIÓ EL ORO DE ESPAÑA.

De los muchos errores que cometió José Luis Rodriguez Zapatero en sus tiempos de Presidente del Gobierno español, el mayor fue negar la gran crisis económica durante sus dos mandatos, de 2.004 a 2.011. Utilizar la enorme capacidad propagandista de su Gobierno y de su partido ( PSOE ) para ocultar el fracaso económico de su gestión y las medidas correctoras a las que se vió obligado a tomar para corregirlo.

Desde el 9 de agosto de 2.007 que fue cuando estalló la crisis financiera por las llamadas hipotecas basura hasta el 9 de julio de 2.009 en que Zapatero apareció en la televisión, el Gobierno se había negado a pronunciar la palabra crisis y ese día la realidad se impuso y aplastó a la mentira. Aquel día, el Presidente durante una entrevista celebrada en Antena 3 afirmó: En esta crisis -como quieren ustedes que diga- hay gente que no va a pasar ninguna dificultad. Esa misma mañana, dos grandes entidades financieras, una española ( BBVA ) a través de su prestigioso Servicio de Estudios alertaba de un brusco deterioro económico de la gestión de los recursos y el banco alemán Commerzbank publicó un informe de sus analistas con el demoledor titular: España en recesión.

Durante estos dos años, todos los miembros del Gobierno socialista se habían conjurado para no pronunciar la palabra crisis y sustituirla por desaceleración. No se trataba de una casualidad sino de una estrategia de comunicación perfectamente diseñada por el Gobierno con el propósito de ocultar que los malos datos que iban apareciendo en la economía hicieran estallar la burbuja inmobiliaria en la que se asentaba el modelo de crecimiento por el que se había apostado y por la proximidad de las elecciones generales de 9 de marzo de 2.008. La campaña socialista se basó en el lema de que España iba bien – copiando la famosa frase de José María Aznar en sus tiempos presidenciales-.

¿ Crisis ?, ¿ Qué crisis ?. Era una simple desaceleración económica -no se cansaban de repetir-que en pocos meses se superaría y todo volvería a ser como antes. Esa fue la posición que mantuvo tambièn Pedro Solbes, a la sazón Vicepresidente del Gobierno, frente a Manuel Pizarro que era el fichaje económico estrella del Partido Popular ( PP ) que advirtió que la situación era mucho peor de lo que se reconocía oficialmente. Aquel debate, televisado el 21 de febrero de 2,008, fue seguido por casi cinco millones de personas y fue fundamental para que los socialistas ganasen de nuevo las elecciones generales de marzo de 2008. La gente no quería oir malas noticias y rechazaba a los agoreros.

La estrategia de comunicación gubernamental había dado los resultados apetecidos tras machacar a la población con el mensaje de que aquí no pasa nada y se quería evitar que la opinión pública pensase que se habían ganado las elecciones con mentiras. Toda esta arquitectura se vino abajo cuando el banco de inversión norteamericano Lehman Brothers quebró el 15 de septiembre de 2.008 -seis meses después de celebradas las elecciones españolas- y estalló la burbuja financiera internacional que originó la mayor crisis económica de los últimos cincuenta años. El prestigio y la credibilidad del Gobierno en general y del Presidente y Vicepresidente económico en particular, saltaron por los aires.

La machacona negación fue sustituida casi inmediatamente por su impotencia para gestionar la crisis. Para evitar la frustración de la población se improvisaron una serie de medidas basadas en incrementar el gasto público y los planes de estímulo se sucedieron uno tras otro hasta contar con más de una decena que incluían cientos de medidas para impulsar la demanda tirando de chequera. España tenía un problema de sobreendeudamiento y la solución que se adoptó fue endeudarse aún más. Fue algo así como intentar curar un empacho con una bandeja de pasteles. Al haber errado en el dignóstico también estuvieron equivocadas las medidas que se tomaron y que acabaron agravando aún más la recesión económica,

Las consecuencias de todo ello fueron demoledoras. Al no haber preparado la comunicación para decirle a los españoles lo que se le venía encima, se siguió gastando con alegría en lugar de apretarse el cinturón que era lo que la situación requería. El precio de la vivienda siguió subiendo y los costes laborales se dispararon. Nadie estaba preparado para asumir las consecuencias de aquel cambio de ciclo. Entre 2.009 y 2.010, España perdió dos millones de empleos, el déficit público creció hasta el 11,3% y el sistema financiero se situó al borde de la quiebra.

Cuando el 12 de mayo de 2.010, Zapatero anunció desde la tribuna del Congreso de los Diputados el mayor recorte social registrado durante la historia de la reciente democracia española, ( congelación de las pensiones, reducción del sueldo de los funcionarios, disminución de las inversiones públicas, entre otras ). La opinión pública a la que se le había mentido de forma pertinaz y que no estaba preparada para recibir malas noticias, lo rechazó. La credibilidad del Gobierno socialista quedó definitivamente destrozada y Zapatero fue considerado como un mentiroso y estafador político.

Cuando forzado por las circunstancias quiso cambiar ya era demasido tarde. Un año después, el 22 de mayo de 2.011, el PSOE obtuvo los peores resultados de su historia en las elecciones municipales y autonómicas. Los socialistas tuvieron que improvisar de prisa y corriendo un nuevo candidato en la persona del entonces Vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, para evitar la debacle mientras que las encuestas del momento aupaban al PP a la mayoría absoluta.

Entre 2.004 y 2.007, el Gobierno de Zapatero había protagonizado una de las decisiones económicas más irresponsables de nuestra historia democrática reciente: LA VENTA DE 7,8 MILLONES DE ONZAS DE ORO casi la mitad de las reservas depositadas en el Banco de España. Sin pasar por el Congresos de los Diputados y sin el menor debate público que exigía una decisión de esta naturaleza. El Estado español fue desvalijado de un capital estratégico y lo hizo además a precio de saldo para obtener dinero por la vía rápida y aparentar solvencia aunque como después se comprobó había llegado a la quiebra técnica.

Las justificaciones de Pedro Solbes como Vcepresidente y Ministro de Economía fueron tan peregrinas como peligrosas, afirmando que el oro ya no era un activo estratégico y que no generaba ninguna rentabilidad. Dos décadas después, la realidad ha demostrado lo contrario en ambos frentes. Este dorado metal no ha parado de crecer en las reservas de todas las potencias mundiales porque a diferencia de las monedas nacionales como pueden ser el euro o el dólar, el oro es un activo universal que no puede ser bloqueado o intervenido por lo que sí sigue siendo un activo estratégico.

En el plano financiero, el argumento de que el oro no ofrecía rentabilidad se desmorona con un simple dato: cuando se realizó la venta, como se hizo en varias fases, el precio medio que se consiguió fue de 476 euros por onza. Hoy esa misma onza llega a los 3.000 euros. Lo que quiere decir que el precio de oro ahora se ha multiplicado por cuatro y ha obtenido una rentabilidad media anual del 7%.

Como resultado de aquella pésima operación, el Estado ingresó el equivalente a unos 5.600 millones de euros actuales. Si hubiera conservado esas reservas, hoy valdrían más de 23.000 millones de euros. La diferencia de 17.000 millones es lo que están pagando los españoles por la frivolidad económica de aquel Gobierno socialista.

La etapa española de Gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero, algún día será estudiada en las Universidades como un ejemplo de lo que no se debe de hacer. Utilizar la información y la comunicación para ocultar las malas noticias en vez de emplearlas para hacer pedagogía puede llevar a cualquier Gobierno o país -como así ocurrió- al desastre más absoluto.

2 comentarios sobre “DE CUANDO ZAPATERO VENDIÓ EL ORO DE ESPAÑA.

  1. Querido amigo Juan Francisco, la poca memoria histórica de nuestros conciudadanos es de libro, la juventud ignora en su gran mayoría los desmanes y la malversación, de los políticos de izquierdas que han saqueado nuestras reservas de oro, para sus intereses particulares y de partido.

    Los políticos de la República anterior al Levantamiento capitaneado por el General Franco, cuando vieron lo que se les venía encima, se llevaron a Rusia nada menos que quinientas toneladas de oro, dejando a nuestro patrimonio que tenía las mayores reservas de oro del mundo, en una situación económica lamentable.

    Pero sigamos con el expolio, José Luis Rodríguez Zapatero siendo Presidente del Gobierno y para tapar su mala gestión, también vendió una parte importante de nuestras reservas de oro, además sin conocimiento ni autorización de las Cortes, como es preceptivo. Otra malversación que quedó impune como todo lo que hacen las izquierdas, cuanto más comunistas peor.

    Ahora tenemos a Pedro Sanchez Castejón, que va por el mismo camino, pero como ya el oro está más mermado y controlado, lo que nos está dejando es la deuda pública, en unas cifras que dan escalofrío y que nuestros descendientes van a tener que hacer frente, sudando sangre.

    Pero no pasará nada, lo importante es que la cultura y la educación, no llegue a toda la juventud para poder jugar con las información interesadas, que les mantengan en el poder todo el tiempo posible, para así poderse situar económicamente para el resto de sus vidas.

    No sigo escribiendo por que me enciendo, no veo claro el futuro que nos espera, tiempo de rojos, tiempo de piojos.
    Un abrazo y buen verano te desea tu amigo Fernando.

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