Por mucho tiempo que pase, nunca podremos olvidar el daño que el terrorismo vasco ha causado a España, a los españoles y a los propios vascos de bien, que los hay y además son muchos. Estos últimos, han sufrido también cómo la causa vasca que prometió a sus acólitos una patria paradisiaca donde todo el mundo sería feliz, a base de pinchos, ikastolas y buen rollo; a condición de exterminar a cientos de conciudadanos y poner en pie una tierra llena de racismo y xenofobia; de la tiranía del euskera y sus verdugos; del impuesto revolucionario y del secuestro; del tiro en la nuca y la bomba lapa; de los árboles que dan nueces pero chupan sangre; de los himnos revolucionarios; de la memoria de los niños abrasados y de la diáspora de miles de paisanos aterrorizados por la tiranía de las explosiones.
Hoy, en esta tierra tan estupenda y atractiva, con una geografía preciosa y una gastronomía envidiable, es un territorio que se ha modernizado mucho, que siguen encabezando todas las listas nacionales de calidad de vida pero que no podemos dejar de relacionar que fue un paisaje dedicado a la caza del disidente, del distinto, del rebelde a sus imposiciones. Donde, a buen seguro, todavía quedan armas oxidadas en zulos abandonados; traiciones y lealtades entre familiares y amigos; y secretos atroces por descubrir. Con centenares de antiguos reclusos arrepentidos pero incapaces de contarlo, de fanáticos orgullosos y de víctimas que no pueden cerrar su duelo.
Llevamos poco más de una década en la que las balas han dejado de silbar, transitar por sus calles sigue siendo un placer pero el silencio sobre las secuelas de la violencia y del asesinato, sigue imperando entre las cuadrillas y los chiquitos de los bares. Hay mucho temor a contar cosas del pasado, a expresar el miedo vivido, a las lágrimas en casa y no cansarse de morderse la lengua. Se ha pasado mucho dolor y eso no se olvida fácilmente. Pero es necesario hablar, que se cuenten historias o experiencias personales y a ser posible desde varias perspectivas. Son muchos años de transitar por la sombra de la violencia.

En un recorrido por cualquiera de las tres provincias euskaldunas, se percibe a través de múltiples evidencias de que quedan cuentas por saldar, de gente que no ha pagado por lo que hizo. De una violencia extrema que les conducía hacia un totalitarismo atroz. Y entonces te preguntas: ¿ por qué y cómo, se convence a casi niños, a adolescentes, para que llegado el caso, se inmolen en el altar de la independencia o de la raza ?. ¿ Por qué hay que matar para hacer algo ?. ¿ Quienes les convencían ?. ¿ Donde se han metido aquellos profetas del apocalipsis que empujaban a otros para acabar en la cárcel o en el cementerio mientras ellos se comían su bacalao al pil pil en la sociedad gastronómica ?.
Siempre se ha utilizado el mismo patrón en los sitios en los que se ha empleado la violencia. De un lado, la desolación de las víctimas, y de otro, la existencia de estos adivinos de cuello blanco, profesores, escritores, intelectuales… convencidos de la necesidad de la razón y encantados de arrastrar al resto. Todo movimiento armado tiene detrás una sustancia ideológica. Alguien que decide que para llevar a cabo sus propósitos necesita matar. Para ello necesita construir el relato de que no hay otra opción, excepto asesinar; ejecutar a alguien por la causa. Como está haciendo el tirano de Putin en su invasión de Ucrania y tiene mucha gente que lo entiende y lo defiende. Por eso, siempre hay un historiador, un periodista, un filósofo que construye un ideario que necesita defenderse con la sangre, con sacrificios humanos.
Todavía hay mucha gente que no ha purgado sus pecados, -utilizando el lenguaje religioso- y que tampoco quiere hacerlo. Sobre todos a aquellos que nunca han sido detenidos. La justicia funciona bien para encontrar y condenar a los que aprietan el gatillo… ¿ pero qué pasa con los autores intelectuales ?. No se trata de los jefes de la banda criminal sino de quienes construyen la estrategia desde el principio. Gente ilustrada, comprometida con los ideales de justicia y libertad… ¿ cómo pueden hacer esto ?.

¿ Y el lado humano, o mejor dicho, inhumano de aquellas barbaridades ?. Ahora, verdaderos genocidas estarán pasando como estupendos abuelos. Auténticos monstruos de la muerte serán los mejores padres del mundo. Gentes que adoran a sus hijos y que puedes ver en sus casas, acariciando a sus nietos, pero que no quieren contar las bombas que ponían. ¡ cuántos de ellos son autores de crímenes espantosos ?.
Todos estos terroristas que han usado los crímenes con fines políticos, tienen un motivo detrás y se creen portadores de una violencia virtuosa; como si hubiera un asesinato bueno, necesario y otro malo, el de los demás. Buscando un efecto búmeran que los retroalimentara. Empeñados en que esta vía, haría ceder al Estado y les concedería la independencia del territorio. Esa era la estrategia. No les importaba que se consiguiera como a modo de pasillo, flanqueado por centenares de muertos como hacían los romanos con los cristianos. Estos iluminados, pusieron un montón de cadáveres en una imaginaria pirámide gigantesca y los ofrendaron al dios del separatismo.
El terrorismo vasco, cruzó todas las que ahora denominamos líneas rojas. Desde el mismo momento en que decidieron que había que matar, la lista de enemigos de la patria la encabezaron los uniformados porque representaban todo lo que ellos odiaban y si luego les acompañaban algún civil en el atentado, los ideólogos redactaban el comunicado reivindicativo en plan fue un error, no tenía que haber pasado por allí, no era nuestro objetivo. Y si su número era elevado, entonces en lugar de ser solo civiles, se les añadía la etiqueta de que era un chivato, algo habrá hecho…. Luego llegan los niños y después los secuestrados… Poco a poco, la idea inicial se va deformando, la violencia coge velocidad y se convierte en algo más que un medio para convertirse en un fin, que cada vez exige más y más barbaridades porque ya no puedes mirar hacia atrás, ya todo es demasiado estremecedor.

La desolación infinita de las victimas, la vergüenza de algunos de los asesinos y la falta de arrepentimiento de los profetas del odio, tienen que reivindicar el poder curativo de la memoria en un territorio carcomido por la amnesia del terrorismo separatista.
excelente artículo que nos recuerda el horror que hemos vivido y que con fines políticos, hoy algunos tratan de enterrar. Sólo las víctimas nunca olvidarán tanto mal.
No cabe en ningún estado de derecho que hoy, asesinos, estén en sus casas haciendo una vida normal y orgullosos de sus «hazañas».
no me cabe en la cabeza la actual situación de olvido. Si le preguntas a un adolescente que ha ocurrido durante tantos años en el país Vasco y en España con el terrorismo no saben contestar.
algo tan importante en nuestras vidas!!
años de lucha y sufrimiento, muertes, bombas, terror, miedo …!!, y no lo cuentan como parte de nuestra historia??(gracias a dios hoy y desde hace 10 años es historia, pero solo hace 10 años que dejaron de atentar y frente a 30? Años de atentados?????,) y nuestras nuevas generaciones no saben lo que ha ocurrido ni quien está detrás???????
a donde hemos llegado??
todo para que el actual gobierno pueda pactar con la representación política de estos asesinos????, perdona esto es España, no Venezuela, o eso creía….porque ya no se donde estoy…
que pena!!, inocentes enterrados y delincuentes y asesinos presidiendo partidos políticos, eso se tiene que saber y nuestros jóvenes lo tienen que conocer.
gracias por el recordatorio, gracias a artículos como este y personas como nosotros ,quizá consigamos guardar el recuerdo de este horror y de las víctimas que lucharon por un país de derecho.
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Muy buena reflexión, Leyre. Gracias por hacerla. Un beso.
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imposible permanecer como si nada ante una situación que ya se mantiene en el tiempo, y esto es peligrosisimo, porque nos estamos acostumbrando a vivir con ello. El actual gobierno se ocupa de mantenernos distraídos, que si corrupción, investigaciones a la oposición….todo para que este tipo de acciones pasen desapercibidas, y lo triste, hemos aprendido a convivir con ello.
solo queda el consuelo de la cuenta atrás hasta nuevas elecciones 😔
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Así es Leyre, triste pero real. Gracias por este nuevo comentario. Un beso.
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