LA IZQUIERDA ESPAÑOLA NO QUIERE QUE NUESTROS ESTUDIANTES CONOZCAN LOS CRÍMENES DE STALIN EN UCRANIA.

Fue el miércoles 10 de marzo de 2010 en el Congreso de los Diputados. La Comisión de Educación rechazó por un solo voto la proposición no de ley del hoy desaparecido partido político catalán Convergencia y Unión ( CiU ), defendida por el parlamentario Jordi Xuclá, para instar al Gobierno de la Nación que entonces presidía José Luis Rodriguez Zapatero a que impulsara la incorporación a los textos escolares dentro del sistema educativo autonómico, la información sobre la hambruna de Ucrania en los años 1930 a 1932. En el fondo del asunto lo que se dilucinaba era ofrecer una visión lo más veraz posible de lo realmente ocurrido dada la enorme diferencia que se apreciaba entre las versiones de los historiadores rusos y ucranianos sobre qué objetivos perseguía Stalin en 1930.

Lo que Xuclá sostenía, lejos de la miopía de los que veían en su iniciativa tomar partido en la política interior de Ucrania, era la reparación de los tres grandes crímenes del siglo XX: el Holocausto sufrido por los judíos, las hambrunas provocadas por Stalin y las matanzas de Ruanda. Sobre estos tres hechos había presentado iniciativas y anunció que seguiría haciéndolo hasta conseguirlo.

El asunto requirió dos votaciones ya que en la primera se produjo el empate. Apoyaron la moción CiU, Partido Popular ( PP ) y el Partido Nacionalista Vasco ( PNV ). Votaron en contra, Izquierda Republicana de Cataluña ( ERC ), Partido Socialista Obrero Español ( PSOE ) y los comunistas de Izquierda Unida ( IU ) e Iniciativa para Cataluña-Los Verdes ( ICV). El Bloque Nacionalista Gallego ( BNG ) se abstuvo en el primer intento y en la segunda vuelta deshizo la igualdad al colocarse al lado de los grupos políticos de la izquierda por lo que la propuesta fue rechazada.

El ponente catalán no alcanzaba comprender por qué el PSOE no se alineaba con la posición de los que querían que los escolares conociesen una de las mayores tragedias del siglo XX: la muerte de millones de ucranianos por falta de alimentos. En la Comisión se cifró en siete millones los fallecidos por esta causa aunque los cálculos más conservadores los estimaban en tres millones y medio.

La intervención más destacada correspondió al portavoz del PNV, Aitor Esteban, quién no dudó de hablar de genocidio al referirse a la colectivización forzosa de la tierra ordenada por Stalin. Las cosechas se vendieron a países extranjeros mientras los campesinos murieron de hambre.

En el debate, el representante socialista Emilio Alvares, quiso dejar claro el rechazo a las atrocidades del estalinismo y también a la penuria obligada de los años treinta y añadió que se oponían a la moción por una cuestión de competencias. A juicio de los socialistas, el Parlamento no debía decidir qué contenidos deben integrar el currículo escolar sino que era la comunidad educativa la que debía de acordar la materia a enseñar.

Reconocía, eso sí, que había un margen amplio para estudiar esta tragedia y otras más, tanto en 4º curso de la Enseñanza Secundaria Obligatoria ( ESO ), como en 1º de Bachillerato. Añadió Alvares además, que el reconocimiento a las víctimas de esta desnutrición ya se había hecho en la Comisión de Exteriores del Congreso, también a instancias de CiU y del mismo portavoz, Jordi Xuclá.

Pero las razones que esgrimió el portavoz socialista tuvieron su réplica por parte del nacionalista catalán quién aludió a una Resolución de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, la Ciencia y la Educación ( UNESCO ), de noviembre de 2007, en cuyo párrafo tres llamaba a los países miembros a promover la memoria de la Gran Hambruna incorporándola a los programas investigativos y de educación y recordó que en otras partes del mundo se estudia el Heliodomor que es como se denomina en ucraniano aquella muerte por hambre de millones de personas, junto al Holocausto judío y el régimen de terror de los jémeres rojos en Camboya.

Ante estos argumentos, el ponente socialista afirmó que su grupo parlamentario y su partido político aprobaban todas las Resoluciones de las Naciones Unidas de condena de los crímenes del estanilismo aunque también introdujo en su discurso las diferentes interpretaciones que se daban sobre los hechos que se debatían y que dividían a rusos y ucranianos aún entonces y que llegan hasta hoy.

Los primeros niegan que se tratara de una limpieza étnica, rechazando que fuera un genocidio porque la hambruna dejó también un reguero de muerte por otras repúblicas soviéticas. Esta versión centra el objetivo de la represión de Stalin en los terratenientes. Los historiadores ucranianos niegan este parecer y defienden que aquel proceso colectivo forzoso no fue solo contra los dueños de la tierra sino contra el pueblo en general.

A esta última creencia, se sumaron CiU, PP y PNV ya que cuestionaban que hubiera en Rusia tantos terratenientes. Países como Estados Unidos y Canadá con minorías ucranianas procedentes de la diáspora pero también otros como Australia, Argentina o Polonia, han reconocido la hambruna como genocidio. Y así seguimos hasta hoy…

Sin embargo, el pasado 23 de noviembre de 2023, España, Andorra, Chile, Costa Rica, Guatemala, Uruguay y otros 49 países más condenaron en la Organización de las Naciones Unidas ( ONU ), la Gran Hambruna provocada por el dictador comunista José Stalin en Ucrania, con motivo del 90 Aniversario de aquellos lamentables sucesos. Se trataba de una Declaración iniciada por Ucrania en la que se recogía el trabajo diplomático realizado por ellos durante los últimos años para dar a conocer al mundo el Holodomor ( derivadas de las palabras ucranianas holo -hambre- y mor -exterminio ) y mantener viva la memoria de las víctimas.

Como está aceptado por la comunidad internacional que han investigado aquel reconocido exterminio, no se trató de un error político, ni de una sequía inmisericorde, ni de una mortífera plaga; sino de la política de Stalin para liquidar el nacionalismo ucraniano. Las directrices políticas no solo diezmaron Ucrania privándola de alimentos, sino que su policía política eliminó a la intelectualidad: periodistas, escritores, profesores, historiadores y filólogos sobre todo; sacerdotes, artistas y por supuesto, a los políticos y burócratas relacionados con la breve República Ucraniana de 1917/ 18.

Para mañana lunes, día 27, está prevista la llegada a España del Presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski para mantener un encuentro con S. M. el Rey, Felipe VI y con el Presidente de Gobierno, Pedro Sánchez. El Presidente del Partido Popular ( PP), Alberto Núñez Feijóo, ha suspendido sus actos de campaña electoral a la Unión Europea ( UE ), con la pretensión de poder entrevistarse también con él aunque aún no se ha hecho público buscando el encaje en las respectivas agendas políticas.

Esta visita tuvo que suspenderse hace diez dias por la marcha adversa de los combates de la guerra contra la ocupación rusa y tiene como objeto la firma de un acuerdo bilateral de seguridad entre España y Ucrania como también lo han hecho Gran Bretaña, Alemania, Francia o Italia. Ucrania está recibiendo ayuda militar de todos los países mencionados en la desigual lucha que mantiene desde hace más de dos años con el coloso ruso para expulsarlo de los territorios ucranianos invadidos.

Esta incursión militar no ha sido condenada ni por los actuales socios del Gobierno socialcomunista como Sumar, ni por los anteriores de Podemos, ni por los restantes grupúsculos de la extrema izquierda que se declaran ardorosamente pacifistas y amantes del diálogo.. En cambio, la parte socialista del mismo si lo hizo desde el primer momento, el 24 de febrero de 2.022.

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