Como todo el mundo sabe ya ahora que acaba la semana, el pasado lunes día 25, fue cesado en su puesto, el Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, el Coronel Diego Pérez de los Cobos ; a raiz del informe presentado en un juzgado madrileño que investigaba la autorización de decenas de actos y manifestaciones en la Comunidad de Madrid, entre el 5 y el 14 de marzo, para celebrar el Día Internacional de la Mujer, en medio de la propagación del coronavirus.
En este informe, la Policía Judicial de la Guardia Civil, señalaba la responsabilidad del Ministerio de Sanidad en la autorización de estos eventos y como consecuencia de ello, la juez instructora citaba para el próximo 11 de junio al Delegado del Gobierno en Madrid, para que acuda al juzgado en calidad de investigado ( antiguo imputado ) acompañado de abogado para tomarle declaración.
El martes, día 26, el máximo responsable de la Guardia Civil en el Cuerpo, que es el Director Adjunto Operativo ( conocido como DAO a nivel interno ) el Teniente General, Laurentino Ceña, dimite de su puesto -hecho insólito hasta ahora- por negarse a rubricar el cese de su subordinado, abriendo así una crisis grave en la cúpula de la Guardia Civil que, hasta el día de hoy, no se ha cerrado.
Al objeto de rebajar el valor de este acto, se ha publicado que en realidad, había alcanzado la edad de jubilación ( 65 años ) el pasado 25 de marzo y su cese estaba próximo. Pues si bien, esa es la edad en la que se jubila tomo el mundo en la Guardia Civil, pero no afecta al DAO que continúa mientras dure en el puesto y que tampoco estaba previsto lo demuestra que no han encontrado sucesor en su categoría ( hay tres tenientes Generales más ) y han tenido que acudir a un subalterno que tendrán que ascender porque no tiene la categoría requerida.
Por si todo esto fuera poco, el miércoles día 27, a última hora de la tarde, el Ministerio de Interior emitió un comunicado en el que daba cuenta del cese del número 3 del Cuerpo, el Teniente General, Fernando Santafe, Jefe del Mando de Operaciones que era quien tenía que haber sustituido a Laurentino Ceña como DAO. Pero como el Ministro no contaba con él, ha nombrado a un subordinado suyo, el General Pablo Salas que iba a pasar a ser su jefe. El mundo al revés.
Se ha abierto así la mayor crisis interna en la Guardia Civil desde los años 90, en la que se vivió una situación similar por la detención, por corrupción, de Luis Roldán que había sido Director General de la Guardia Civil. Estos relevos son debidos a que el Gobierno teme y mucho que el procedimiento ordinario abierto por un juzgado madrileño acabe desmontando su relato sobre el comienzo de la gestión de la crisis sanitaria.
Una vez que, la evolución de la desescalada nos va acercando a la anterior normalidad, a los representantes máximos de este Gobierno de coalición, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, les preocupa sobremanera el devenir de esta causa contra el Delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco que es además secretario general de los socialistas madrileños, por presunta prevaricación ( dictar una resolución a sabiendas que es injusta y contraria a la ley. Es comparable al incumplimiento de los deberes del servidor público ).
Además de que, el avance de la investigación judicial podría ensombrecer una de sus grandes bazas ideológicas : la defensa del feminismo, representada en la calle por las manifestaciones del pasado 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer.
En suma, la bola del 8 de Marzo ha engordado varios kilos y el Gobierno ha visto como se le abría otro frente, más allá del judicial y la gestión de la pandemia, con la reacción de los principales mandos uniformados de la Guardia Civil y las críticas recibidas por la injerencia política en la citada causa.
Desde el inicio de la crisis sanitaria, la oposición política ha sido muy combativa con la celebración del 8 de Marzo y ahora, con la existencia de este procedimiento judicial se ha lanzado -directamente- sobre la Presidencia y Vicepresidencia del Gobierno, acusándolas de jugar entonces con la salud de los ciudadanos por cuestiones meramente ideológicas. Y pide el cese inmediato del Ministro del Interior, Fernando Grande Marlasca, tras la cascada de movimientos de puestos de alta responsabilidad en la Guardia Civil.
Esta batalla institucional entre el Gobierno y una de las organizaciones más queridas por los españoles como es la Guardia Civil, surge porque el expresado informe judicial contiene -al decir del Ministerio del Interior que se vale para ello de la Abogacía del Estado- numerosas valoraciones subjetivas que ponen en entredicho la neutralidad política que le es exigible a la Guardia Civil ( eufemismo para acusar al benemérito instituto de parcialidad ). Informe que el Ministerio no debiera de conocer por expreso deseo de la juez y que le costó el cese al Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid.
Este caso pone de manifiesto las numerosas disfunciones de nuestro sistema político y judicial, causando un daño enorme al prestigio de nuestras instituciones, generando sospechas y acusaciones por todos lados que empañan las ineficiencias que pudieran causar a la hora de perseguir y castigar la delincuencia política.
La primera de ellas, es la mezcla entre política y judicatura que sucede en España, principalmente por dos vías : comenzando porque la política no puede estar llena de jueces que entran y salen de ella como si tal cosa, ni la carrera judicial repleta de jueces que juegan a la política para prosperar en la misma. Si un juez siente la llamada de la política, debería de abandonar la carrera judicial. En otros países con mucha menor corrupción y mucho mayor prestigio internacional, esto no sería posible. Quizá sea por eso.
Siguiendo porque los jueces, no pueden depender -en su actividad investigadora- del personal subordinado al investigado, ya sea la Policía, la Guardia Civil o la Inspección de Hacienda. Esto es -simplemente- de risa. El modelo a seguir -en mi opinión- es el que ya goza la Fiscalía Especial Contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, cuyos profesionales están bajo su dependencia, orgánica y funcional.
Y la segunda, sería que mientras esto no ocurra, hasta tanto no haya una auténtica Policía Judicial, dependiente -exclusivamente- de los Jueces, Fiscales y Tribunales ; pasarán sucesos como los que ahora estoy comentando: que el Ministro pueda cesar al funcionario requerido por el juzgado y más aún, conocer el informe solicitado por el órgano judicial porque si lo sabe, estamos hablando de una injerencia intolerable en el procedimiento judicial.
Con este asunto, se ha logrado tal unanimidad en las críticas al Ministro del Interior que no se había dado hasta ahora y va desde las asociaciones que representan a la magistratura hasta las diversas plataformas profesionales de la Guardia Civil. Todas ellas han pedido más explicaciones de las que ya se han dado y acusan a Grande Marlasca de haberse excedido en sus funciones para interferir en una investigación judicial.
Tanto la Asociación Profesional de la Magistratura,. como Jueces para la Democracia y la Asociación de Fiscales, han señalado que el Ministerio no puede cesar a un agente policial si está adscrito a una investigación judicial. Por primera vez también, las 10 grandes asociaciones de la Guardia Civil han coincidido en reprochar al Ministro, la grave crisis en la que ha sumido al Cuerpo y están pidiendo apoyo a los partidos políticos, especialmente de la derecha parlamentaria.
Los guardias civiles de a pie se sienten traicionados por su máximo jefe político y expresan su profundo malestar por el tratamiento que está sufriendo su cúpula profesional y que les lleva a una intensa decepción. Al tiempo que indican sentirse orgullosos por la dimisión de su DAO, que ha demostrado estar a la altura del cargo que desempeñaba, sin importarle su carrera profesional, para defender la dignidad del Cuerpo al que representaba.
Los ciudadanos en general, se han posicionado claramente en favor de la Guardia Civil en este crisis y están concentrándose ante los Puestos de la Guardia Civil de sus respectivas localidades para manifestar su apoyo a la institución y pedir la dimisión del Ministro del Interior.
Al final, creo que a la ignominia institucional se ha unido una torpeza política mayúscula. La vía penal seguida en este caso contra el Delegado del Gobierno, no le auguro un largo recorrido técnico y está llamada a agotarse por sí misma. Y con este cese tan patoso, el Ministro Marlasca, recogiendo el sentimiento gubernamental que ven este asunto como una amenaza, ha convertido un inexistente problema judicial en un asunto político muy real, como lo demuestran los relevos en la cúpula de la Guardia Civil.
Si los españoles podían tener alguna duda sobre la incidencia del 8 de Marzo en la propagación de la pandemia, ahora no tienen ninguna. Con la relevancia de estos ceses, el Gobierno ha perdido el control del relato y el perjuicio real para sus intereses va a ser mucho más grave que, el supuestamente evitado.
Las fotos de la manifestación feminista del 8 de Marzo, en la que destacaban en la primera fila, la Vicepresidenta Primera del Gobierno, Carmen Calvo, tocada con una gorra ; y en otra pancarta, la Ministra de Igualdad, Irene Montero, ( pareja sentimental del Vicepresidente Segundo, Pablo Iglesias ) ambas contagiadas con el virus, confirman que una imagen vale mas que mil palabras y es demostrativa de la relación entre la manifestación y la infección
Además, el Ministro -en su arrogancia- ni siquiera está respetando la normativa interna de la Guardia Civil para los nombramientos de los puestos relevados que se escogen por categoría profesional y antigüedad, ahora ha impuesto la elección a dedo, sin respetar el escalafón.
Se auguran malos tiempos en un Ministerio en el que su titular, que había ejercido como juez en tiempos no muy lejanos, ha perdido la ética judicial de la que hacía gala, destacando entre la perplejidad de las decisiones que está tomando este Gobierno.