El día 3 de octubre del pasado año de 2.004, se dio a conocer el contenido del acuerdo al que habían llegado el Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez con los albaceas de la organización terrorista ETA que ahora actúan con el nombre de EH-BILDU ( Recoger en eusquera ) para la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana ( Ley Mordaza en expresión de éxito para la extrema izquierda, antes y ahora socios gubernamentales ) en la que se vuelve a asestar un duro golpe a la Policía -como conjunto de Cuerpos de Seguridad- en el momento en el que sufrían más de 1.000 agresiones al mes.
Todas las organizaciones policiales dieron la voz de alarma ante esta polémica e innecesaria reforma de la ley que han denunciado por activa y pasiva ante el daño que ocasiona a la imagen e identidad de los agentes policiales; la inseguridad jurídica de sus actuaciones o el grave riesgo que supone para su integridad física y la de sus familias.
Unos cambios que parece que esta vez tampoco verán la luz finalmente pese a que hubo otro intento de reforma que quedó tumbado en la pasada legislatura ( marzo de 2.023 ) después de que el Gobierno de Sánchez se negara a aceptar modificaciones en estos mismos cuatro puntos de la inciativa: la desobediencia y resistencia a la autoridad ( art. 36.6 ); las faltas de respeto a los agentes ( art. 37.4 ) ; las devoluciones en caliente en la frontera ( disposición adicional primera ) y el uso de pelotas de goma ( artículo 23 ).

Y ¿ por qué entonces sí parecía salir adelante ?. La respuesta es bien sencilla: era el pago a EH-BILDU por su apoyo a la aprobación de los Presupestos Generales del Estado para este año de 2.025 que finalmente no se presentaron. De este modo, los defensores de ETA arrebataban la jugada al Partido Nacionalista Vasco ( PNV ) y se alzaban con el premio de qué partido político iba a conseguir desarmar a la Policía, cara al electorado vasco. A este texto se sumaron el PNV, Izquierda Republicana de Cataluña ( ERC ), El Bloque Nacionalista Gallego ( BNG ) y Sumar.
Lo pactado entre Gobierno-EH.BILDU y que motiva el desacuerdo y la protesta policial, es lo siguiente:
1º.- Grabar a la Policía en sus actuaciones no constituirá infracción alguna: Antes no se podía grabar imágenes, ni difundirlas sin autorización previa.
2º.- Las manifestaciones espontáneas no tendrán que ser comunicadass previamente: Esta medida choca con el art. 21.3 de la Constitución Española que señala la obligación de comunicación previa a la autoridad en los casos de reuniones y manifestaciones en los lugares públicos.

3º.- Se reduce el tiempo de la retención para la identificación de los indocumentados: El período máximo establecido pasa de 6 a 2 horas.
4º.- Una vez identificado el retenido en la Comisaría más próxima, será devuelto al lugar de la intervención policial: Antes, el retenido era puesto en libertad en la Comisaría.
5º.- El Atestado Policial o la sanción administrativa impuesta por la infracción cometida, pierde la presunción de veracidad: Así se mejora -dicen- la seguridad jurídica en el procedimiento policial seguido, evitando la presunción de culpabilidad del afectado.
6º.- Cambio de criterio en la cuantía de las multas: la cuantía de la sanción irá en relación a la capacidad económica del infractor. Antes la sanción era igual para todos, independientemente de la situación personal de cada uno.

7º.- El Documento Nacional de Identidad ( DNI ) será plurilingüe: Se trata de una clara concesión a sus aliados independentistas para que la documentación personal y obligatoria de todos los españoles esté configurada en las diversas lenguas cooficiales propias del lugar de residencia del interesado.
8º.- Cambios en el material antidisturbios: Con la prohición expresa de utilización de las pelotas de goma sin esperar a ningún informe técnico que aconseje su eliminación o sustitución.
9º.- Evitar desnudos y cacheos denigrantes: Durante la actuación policial no se dejará a la vista la totalidad del cuerpo físico, ni tampoco de manera sucesiva cada una de sus partes. Hasta ahora, las excepcionales ocasiones que han exigido lo anterior se han hecho con escrupuloso respeto a la intimidad de las personas y si era posible, fuera de la vista de los demás, agentes o sospechosos.
10º.- Infracción leve por tenencia de drogas: Lo vigente, era considerarla una infracción grave la posesión de sustancias estupefacientes aunque no estuvieran dedicadas al tráfico, en la vía pública y en los establecimientos públicos.

11º.-Se rebaja de infracción grave a leve: las faltas de respeto a la autoridad; la desobediencia a los agentes cuando sea manifiesta, clara y objetivable; la resistencia a la autoridad utilizando oposición corporal o la negativa manifiesta y clara a identificarse.
La modificación del articulado señalado en la ley, lleva camino de convertirse en uno de los principales referentes legislativos de la degradación a la que el sanchismo ha sometido al Estado de Derecho. Hallar iniciativas similares en cualquier otra democracia plena es tarea imposible. No existen porque cualquier otro Gobierno con un mínimo sentido de la dignidad y la justicia, nunca habría cometido barbaridades de ese calado en las que se ha supeditado el interés general al de unos pocos en una práctica de corrupción política sin parangón en el ámbito europeo.
La sociedad en pleno será la damnificada por ese nuevo marco de inseguridad contra la población que ha impuesto el brazo político de ETA con la complicidad del Gobierno de la Nación que de nuevo, ha esquivado su deber de preservar los derechos fundamentales de las personas gracias a un marco regulatorio que las desprotege.
De entre todos los españoles, los miembros de los Cuerpos Policiales han sido especialmente agraviados y maltratados no solo en virtud de este acuerdo instigado por los representantes de los asesinos de sus compañeros sino por el desempeño de un gobierno social-comunista que nunca les ha guardado el respeto y la consideración debida para lo que han hecho sobrados merecimientos.

Este ataque a los agentes es una guinda amarga y particularmente nauseabunda por la vileza de la mano que la promueve, aderezada por la desatención, el desamparo y el olvido hacia miles de profesionales y sus familiares que han marcado la política seguida del Ministro del Interior, Fernando Grande Marlasca y el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Se está fallando -miserablemente- a quienes velan con sacrifico y lealtad por la seguridad y la libertad de los ciudadanos y además se está haciéndo por la espalda, sin la mínima consulta, ni debate.
Aún es más deplorable que el sanchismo, la izquierda y la extrema izquierda en pleno, hayan hecho suyo el relato de ETA y sus acólitos sobre una Policía a la que se ha difamado y calumniado para justificarlo todo. Solo los delincuentes y los que aspiran a serlo contra la seguridad pública y la libertad de los demás, necesitaban una ley que pone en riesgo el trabajo policial y la seguridad jurídica de todos esos trabajadores uniformados que se juegan la vida para que el resto de españoles disfruten de la suya.
Es lógico que quienes han practicado y alentado el terrorismo callejero o el vandalismo antisistema, bastardeen las instituciones y los órganismos pùblicos pero lo que resulta innoble es el colaboracionismo de un Gobierno que se proclama progresista en todo momento y ocasión para prorrogar sus estancia en el poder.

Este cambio de la norma no se justifica más allá del odio a la Policía -es el enemigo a batir y la única que los puede frenar- puesto que no existe vacío jurídico para cualquier exceso o arbitrariedad. Una democracia virtuosa y garantista se conduciría en sentido contrario al que se va, con respaldo activo a su Policía y contra aquellos que la amenazan y constituyen un peligro para la convivencia ciudadana. A diferencia de su Gobierno, los agentes policiales saben que cuentan con el respeto y la admiración de todos los españoles.
El Congreso de los Diputados, votó el 29 de octubre pasado a favor de la toma en consideración de la proposición para modificar la Ley de Seguridad Ciudadana pactada inicialmente entre el Gobierno social-comunista y la formación legataria de ETA, EH BILDU y comunicada públicamente por este último grupo político para mayor escarnio.. La decisión de Podemos de apoyar finalmente la tramitación de la iniciativa, alivió el difícil momento que ya atravesaba el Gobierno de Pedro Sánchez. Aunque lo hizo cuando la norma que aprobó el Partido Popular ( PP ) llevaba ya seis años funcionando. La pretensión de los jóvenes cachorros comunistas de Podemos era introducir las correspondientes enmiendas durante la tramitación parlamentaria para la derogación definitiva de esta ley.
Para quienes tengan dudas sobre los peligros que el futuro deparará a los Cuerpos Policiales, se tiene el ejemplo de lo que pasó en los graves incidentes ocurridos en el centro de Valencia tras la manifestación el pasado sábado, dia 9 de noviembre contra la gestión de la tragedia de la DANA por parte de las administraciones públicas en la que más de 30 policías antidisturbios resultaron heridos al no poder utilizar pelotas de goma por primera vez. Lo que constituye una prueba clara de que la prohibición pactada con el Gobierno aumenta los riesgos físicos de los agentes. No hubo mejor test.

Otra prueba más reciente fueron los desórdenes públicos ocasionados por la milicias sanchistas que impidieron la etapa final de la Vuelta Ciclista a España, en Madrid, el pasado 15 de septiembre, donde los agentes policiales apenas pudieron lanzar una decena de pelotas de goma ante la hostilidad de la guerrilla urbana que se había preparado y que causó 22 heridos todos ellos policiales. El baremo que utilizó el Delegado del Gobierno en Madrid es bien sencillo: una manifestación es pacífica si los heridos los pone la Policía y será violenta si los lesionados resultan ser los radicales….









































