LAS CAMBIANTES RELACIONES INMIGRATORIAS HISPANO-MARROQUÍES : EL ASALTO A CEUTA.

En la actualidad, España y Marruecos se estrechan la mano como buenos amigos pero sus relaciones cambian con la misma soltura que los flujos inmigratorios que las acompañan. La diplomacia marroquí ha logrado reconciliar el idilio pasado entre los socialistas españoles y el Reino de Mohamed VI después de una crisis inmigratoria sin precedentes en 2.018 que hizo tambalear las relaciones bilaterales.

Además, a los marroquíes les llama mucho la atención que España retire las concertinas de las fronteras de Ceuta y Melilla, mientras ellos las ponen de su lado. Consideran que la idea del Ministro de Interior español Grande Marlaska no les deja en buen lugar.

Tampoco les ha gustado que el Partido Socialista Obrero Español ( PSOE ) llegara a la Presidencia de Gobierno española de a mano de un partido ( Podemos ) que consideran claramente pro-saharaui. También que gobiernen en coalición con Sumar que no son más que una escisión de Podemos Ni que mientras a ellos se le pedía que hicieran el trabajo sucio con los inmigrantes, los españoles nos laváramos las manos y se hicieran gestos como el de acoger a los rescatados que llevaba el barco de auxilio humanitario Aquarius.

Pero hoy, todo eso ha cambiado aunque no olvidan que las concertinas en la frontera las puso el Gobierno socialista de José Luis Rodriguez Zapatero mientras impulsaba su Alianza de Civilizaciones y Marruecos está construyendo ahora, junto a la valla de Ceuta una frontera nueva con una alambrada más larga y con más cuchillas.

Como Marruecos ya tiene los bolsillos llenos después de que España mediara con la Unión Europea ( UE ) para darle unos cuantos millones de euros y medios para combatir la inmigración irregular hacia nuestro país, están aumentando las redadas en bosques, campamentos y pisos, donde aguardan los interesados la oportunidad de cruzar el Estrecho de Gibraltar o el Mar de Alborán.

Desde las Asociaciones Marroquíes de Derechos Humanos no paran de denunciar que la Policía marroquí esta deteniendo a todos los subsaharianos que se encuentran. A muchos de ellos, los trasladan hasta el sur del país y los dejan tirados en medio del desierto. A otros, los llevan a algún centro de detención para después poderlos expulsar a sus países de origen. Las autoridades están fletando aviones continuamente hacia Camerún y Senegal para devolver lo que Occidente no quiere.

El Gobierno marroquí estaba muy contento el pasado 30 de julio de 2019, con ocasión de la Fiesta del Cordero, por el éxito logrado por su Embajada en Madrid en la que también se celebraban las dos décadas de reinado de Mohamed VI. La alegría no era para menos. Al festejo, celebrado por todo lo alto, asistieron más de 500 personalidades de ambos reinos, entre ellos seis Ministros del Gobierno español.

Los dias previos a la Fiesta, la Embajada había logrado inundar los grandes medios de su país con artículos elogiosos hacia el progreso alcanzado por Marruecos durante el reinado de Mohamed VI, firmados por Miguel Angel Moratinos ( Ministro de Asuntos Exteriores con Zapatero ), el propio José Luis Rodriguez Zapatero, Pedro Sánchez y así unos cuántos más, hasta llegar a Mariano Rajoy que tampoco escatimó en halagos.

En la Fiesta de la Embajada, nuestro Ministro de Interior, Grande Marlaska felicitó al representante de la Gendarmería marroquí por los esfuerzos que estaban haciendo para frenar la llegada de inmigrantes a España aunque el Ministro nunca ha querido conocer en detalle en qué consiste exactamente el afán del país vecino.

En ambas orillas del Mediterráneo, tras la reducción de las cifras sobre las llegadas de pateras a España, -aunque este año están repuntando especialmente las que se dirigen a Canarias- los que trabajan a pie del terreno atendiendo a los inmigrantes ponen el foco en las redadas masivas y en que la marina marroquí ya no ignora la salida de pateras desde sus aguas territoriales y el Servicio de Salvamento Marítimo español ya no entra en su mar hasta que sus homólogos no se lo piden.

Marruecos también ha endurecido su lucha contra las mafias que trafican con inmigrantes. Ya no salen tantas toys ( barcas de juguetes hinchables ) como antes, llenas de subsaharianos. Ahora, los principales clientes son marroquíes y en su mayoría menores de edad. Los eslabones de las redes han salido de Tánger que era su principal zona de operaciones y se han desplazado hasta el otro extremo del país, asentándose en Nador.

La organización de este negocio la han tomado los cabecillas instalados en Francia que siguen planificando viajes a la carta para aquellos que tienen más de 3.000 euros. Por eso, muchos inmigrantes llegan a los Centros de Acogida españoles con la misma premura con la que se van.

El llamamiento a través de las redes sociales para participar en un asalto multitudinario a la valla fronteriza de Ceuta el pasado domingo día 15 de septiembre, ha sido el último detonante de la presión migratoria de origen magrebíe, de jóvenes mayormente menores de edad que aspiran a cruzar el Estrecho de Gibraltar tras acceder a Ceuta o a Melilla.

Jóvenes que piensan en España y también en Europa como un destino que han visto como natural en sus propias familias. Y con el incentivo que para las tramas de tráfico de seres humanos supone situar en la Unión Europea ( UE ) a adolescentes que les permitirán seguir extorsionando a sus progenitores y parientes en suelo africano.

La actuación de la Policía marroquí ha sido crucial para que fracasara la enésima crisis en la frontera más al sur de la UE, con la excepción de las Islas Canarias. La efectiva colaboración de las autoridades de Marruecos con el Gobierno español frente al anunciado asalto a Ceuta parece haber constituido un capítulo aparte en tanto que esperanzador. Evidenciándose de nuevo que Marruecos tiende a perpetuarse en el manejo de la válvula migratoria, tanto de sus nacionales como de la ascendiente corriente subsahariana como factor esencial de posición estratégica.

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