La comunidad rumana en España, se está planteando desde antes de la gripe china y mucho más con ella, el regreso a su país natal o a otros que ofrecen mejores perspectivas económicas, tales como Alemania, Italia, Hungría y, hasta algunos, el Reino Unido. Tienen muy claro el futuro que aquí les aguarda porque dicen que vivir en España se ha vuelto muy caro y ya no les compensa. Antes, era más fácil para ellos encontrar trabajo pero que ahora con los ERTES, los contratos son todos temporales y con el salario mínimo; después, no los renuevan. Eso, si consiguen que les hagan contrato.
Hay quién ya ha vuelto a Rumanía tras décadas de trabajo en España, porque desde el principio, sabía lo que quería: ahorrar dinero para regresar y poder realizar su proyecto de vida. De eso, sabemos bastante los españoles que vivimos los años sesenta del pasado siglo, cuando nuestros pueblos se vaciaban en busca de un empleo en Francia, Suiza, Bélgica, Alemania… y aunque algunos se quedaron, la mayoría retornó para hacerse una casa y crear un negocio del que poder vivir.
Este éxodo rumano no es algo excepcional, sino que se viene detectando en los últimos años y que con la pandemia china ha aumentando. Desde el año 2.012 que llegó a ser la comunidad extranjera más numerosa en España, con 833.764 personas censadas, aunque era muy probable que su número superase el millón. Así, año tras año, su número ha ido disminuyendo paulatinamente. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en la actualidad residen en nuestro país, poco más de medio millón, exactamente 556.204 personas. Lo que significa 277.560 menos que hace una década.
Todos los inmigrantes, tienen siempre un pie en el país que les acoge y otro en el de origen. Es algo muy elemental y muy humano aunque luego se queden para siempre a donde emigraron. Mientras están fuera, se ayudan mucho entre ellos y hasta crean asociaciones para buscarles trabajo. También, para no perder las raíces realizan actos conmemorativos, encuentros gastronómicos y hasta grupos folklóricos. Es la mejor manera de combatir la añoranza y no olvidar las costumbres nacionales.
Entre los que vuelven parece que hay dos perfiles distintos: los que han perdido el trabajo, por las circunstancias que sean y buscan una nueva oportunidad; y personas de entre 50 o 60 años, que llevan trabajando varias décadas en España y regresan porque han logrado comprarse una casas, tienen sus ahorros y quieren jubilarse en su país.
En España, el virus chino ha causado estragos en numerosos sectores de la economía y el mundo de la inmigración ha sido uno de los más castigados por eso, especialmente en la hostelería. Los trabajadores rumanos son muy valorados también en la construcción y en la agricultura. Igualmente, se les está echando en falta en la recogida de frutas y hortalizas que suelen prolongarse en campañas de tres meses. Se ha tratado de sustituirlos con nuevos contratados directamente desde su país pero los autobuses no se consiguen llenar.
El ejemplo más significativo y donde más se está notando ha sido en la última campaña de la fresa de Huelva. Antes iban más de veinte mil, especialmente mujeres, y ahora van bastante menos. Prefieren irse a Italia y Alemania que les coge mucho más cerca. Se les ha tratado de sustituir con mujeres marroquíes o subsaharianas y hasta sudamericanas, pero los agricultores españoles prefieren a las rumanas porque dicen que son unas fieras trabajando.
Desde su integración en la Unión Europea en 2007, Rumanía se está desarrollando a un buen ritmo y necesita toda la mano de obra cualificada que pueda conseguir. Provenir de España es un aval profesional con el que se consigue empleo con relativa facilidad y aunque aún existe diferencia salarial, les compensa más por que, al fin y al cabo, están en casa y no en el extranjero. Ahora, su tasa de desempleo se sitúa en el 6,4%, menos de la mitad de España que está en el 13,33%.
Además, en los últimos diez años, el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita, ha pasado de 4.260 euros a 8.830, es decir, se ha multiplicado por dos, mientras que en España, ha subido pero muy ligeramente, de 21.460 euros a 22.350. El salario mínimo está allí rondando los 600 euros y aquí casi llega a los 1.000.
Estos movimientos migratorios, hay que encuadrarlos en lo que los expertos en la materia llaman efecto atracción-expulsión. Según ellos, los datos indican que este movimiento de personas se están dando sobre todo, entre adultos de 20 a 40 años, a países con mejor situación económica que España y que ofertan mejores empleos que aquí. Afirman que para ellos, la disminución de población rumana, quitando el retorno o la nacionalización, se debe más a la búsqueda de mejores condiciones laborales, ya que mientras España pierde residentes rumanos, otros países como Alemania, Italia, Hungría y hasta Estados Unidos, los ganan. El gran motor de las migraciones es la mejora en la calidad de vida y cuando hay un sitio que ofrece mejores condiciones, se van. Para algunos, este movimiento tira por tierra el efecto llamada y demuestra la autorregulación de la inmigración que, en el caso de los rumanos, es paradigmática.
Una parte importante de la comunidad rumana se mantendrá en España, principalmente, los que han tenido hijos que han nacido aquí o que han estudiado y ahora son profesionales de la medicina, el derecho o la informática. Esta segunda generación, asume la cultura española como propia. Son y se sienten españoles a todas luces.
Sus padres salieron de Rumanía hace mucho tiempo y ya no tienen nada allí. Lo hicieron cuando las primeras oleadas, a principios de este siglo, atraídos por el apogeo de la bonanza económica impulsada por la construcción inmobiliaria que arrastraba al resto de sectores. Para ellos, España era su Paraíso terrenal. Encontraban trabajo con facilidad, ganaban mucho dinero, compraban una vivienda. Cada año llegaban entre 80 y 100.000 rumanos más. Ahora ya, España no es tan atractiva.
Asuntos Policiales 
El artículo analiza con rigor la inmigración rumana y las causas del retorno de una parte de los rumanos residentes legalmente en España. Sin embargo, hay un pequeño grupo de rumanos que se dedican a la actividad delictiva, asentados en España, que ofrecen una imagen negativa y terrible de la población rumana, que es difícil que se vaya voluntariamente.
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Efectivamente así ha sido, debido a la avalancha de llegadas que se produjeron tanto en España como en Italia, con ocasión de la incorporación de Rumania y también Bulgaria, en a
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aquel ya lejano año de 2.007. Afortunadamente, su imagen actual dista mucho de la de entonces porque la comunidad rumana se encuentra plenamente integrada en la sociedad española, además del éxodo que menciono en el artículo y la eficaz labor policial. Aunque todavía quedan ovejas negras no son más que otras comunidades extranjeras de similar número de residentes.
Gracias Porfi, por tu comentario. Saludos.
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Me alegro de que Rumanía progrese, me gusta menos que nosotros no progresemos tanto.
Preocupante, sin duda.
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Así son las cosas. Nuestro poder de atracción inmigratoria disminuye con el tiempo mientras emerge en otros países. No hemos sido capaces de resolver económicamente los períodos duros que hemos atravesado últimamente y estas son las consecuencias….
Gracias Antonio por tu comentario. Un abrazo.
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Puestos a hacer un esfuerzo tan grande como dejar tu país, para que lo vas a hacer a un sitio donde solo mejoras un poco?, es lógica su marcha y su decisión de irse.
La situación laboral en España es precaria, los sueldos bajos y la vida muy cara. Ellos además no sólo vienen a ganarse la vida sino a hacerse con unos ahorros que les permitan ayudar a sus familias.se tienen que mantener en España y además mandar dinero a su pais en muchos casos…
Situación complicada con la que nos está cayendo encima con la gestión nefasta de la pandemia de este gobierno.
Si bien es cierto que los nacionales de Rumanía han tomado la decisión de optar por otros países para afincarse y progresar, hay una tendencia migratoria de personas con origen en Sudamérica. No hay plazas en un solo avión que venga de Buenos Aires, Colombia o Ecuador . Lo veo en mi trabajo a diario, así que habremos dejado de ser atractivos para los rumanos pero no para los sudamericanos. Con la que esta cayendo en España, que situación no tendrán en su país??
Pobrecitos.
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Que casi la mitad de la comunidad rumana que había en España haya hecho la maleta para marcharse, a mí no me parece buena noticia. Esa decisión tan importante en la vida de una persona, no es fácil de tomar e indica que aquí no se están haciendo bien las cosas, que nuestra economía no va bien y que ha perdido poder atractivo. Esta salida de miles de inmigrantes no presagia nada bueno. Si en su lugar vienen hispanoamericanos, bienvenidos sean porque hacen falta para varias profesiones que los españoles ya no queremos cubrir, hostelería, transportes, construcción,….
Gracias Leyre por tu comentario. Un beso.
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Acabo de leer tu artículo sobre la inmigración de ciudadanos rumanos, muy interesante como todos los que escribes, donde se comprueba tu conocimiento del tema por tus años de servicio policial.
Creo que lo primero que tenemos que recordar, es nuestra época posterior a la posguerra, en la que la necesidad de progresar económicamente para muchos españoles de zonas rurales, no era otra que la emigración a otras capitales nacionales con más industrias y posibilidades , o la de emigrar a otros países con unas posibilidades de ganar dinero, y tener un trabajo temporal pero bien remunerado.
La situación en España era hace años de un país lleno de posibilidades, que atraía a muchos inmigrantes de otros lugares en peores condiciones económicas, lo cual contrajo algunas diferencias con nuestra emigración anterior.
Los españoles que marcharon a buscar futuro en otros países, iban con permisos de trabajo y la documentación correspondiente, y aunque algunos se afincaron allí con todas las autorizaciones legales, la mayoría volvió al cabo del tiempo a nuestra patria, habiendo mejorado su economía y con conocimientos adquiridos, que les permitieron situarse aquí y montar sus negocios.
¿ Que es lo que ha ocurrido ahora aquí con los inmigrantes ?, muy sencillo, sin controles ni medidas para contener la ilegalidad de muchos, hemos convertido a España en un coladero de personas que no vienen a trabajar, lo cual es noble, sino a delinquir y vivir a costa de los que honradamente se dedican a producir y mantener la economía nacional.
Salvo algunos ciudadanos rumanos que se dedican a la mendicidad, y que según parece les reportan pingües beneficios, la mayoría son excelentes personas trabajadoras, muy bien valoradas por quien les contrata.
El mayor problema no lo tenemos con los rumanos, lo tenemos con los ilegales tanto marroquíes, argelinos, subsaharianos, y con las bandas latinas, que son todo lo contrario a los sudamericanos que trabajan, y además su cultura e idioma es como la nuestra.
Mientras el nefasto gobierno que padecemos no se involucre en estos temas, me temo que iremos a peor con unas consecuencias difíciles de predecir.
Un abrazo de tu amigo Fernando.
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Creo que en materia de control de la inmigración, en España se ha avanzado mucho aunque nunca es bastante. El ciudadano medio no se explica que haya circulando por ahí cantidad de delincuentes extranjeros y no se les expulse a su país. Se echaría las manos a la cabeza si conociera -en detalle- las dificultades que hay que sortear, internas y externas,. que complican al extremo, todo el procedimiento que debería ser un mero trámite administrativo. Empezando por nuestro propio sistema legal que ofrece justicia gratuita a todo extranjero que se encuentre de manera ilegal en España. Es decir, el Ministerio de Justicia paga al Colegio de Abogados un turno de oficio completo para que con la excusa de las garantías legales impida que al extranjero se le devuelva a su país. Por otro lado, los países originarios ven muy mal que sus ciudadanos emprendedores sean expulsados por la Policía, cuando lo único malo que han hecho es ir a buscarse la vida a otro país. Y así unos cuantos inconvenientes más y como comprenderás, no hay manera….
Gracias por tu comentario, Fernando. Un abrazo.
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Si los inmigrantes retornan a sus paises de origen, denotan que las oportunidades de trabajo en España cada vez son mas escasas. Lo importante es que de cualquier país que venga con contratos legales.. Recuerdo en el año 1966 a 1970 en mis tiempos laborales en los sindicatos verticales antigua CNS,Sindicato de la Construcción, Vidrio, Cerámica y Seguros. Acudian nuestros compatriotas murcianos, a cumplimentar sus estancias en el Extranjero, existian modelo de contratos diseñados, en colaboración principalmente con Alemania y Francia, que es lo más correcto. No a la inmigración ilegal, la que viene en pateras, o de falsos turistas,.
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Creo que tienes toda la razón del mundo en tu exposición pero sabes, como yo, que la realidad indica otra cosa: llegadas masivas en pateras, entradas como falsos turistas, etc. Una vez dentro de España, las dificultades para devolver al extranjero en su país son muy complicadas. Si a eso le añades cómo sea el Gobierno español de turno y la carencia de una política inmigratoria europea, nos lleva a la situación actual que muchos buenos emprendedores terminan por marcharse porque aquí las cosas ya no van bien. La gestión de la inmigración se está convirtiendo en uno de los principales indicadores de la calidad de una sociedad democrática. Y en España, así nos va…..
Gracias Juan por tu comentario. Un abrazo.
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