El debate inmigratorio en España, ha vuelto con fuerza después de estar adormecido desde el año 2.006, con la denominada crisis de los cayucos en Canarias. En 2.018, España batió su récord de llegadas irregulares tras convertirse en la principal ruta de entrada ilegal a Europa, -de las tres que hay- , a través del itinerario mortal del Mediterráneo.
La inmigración se ha convertido en un nuevo frente político por méritos propios, a base de estadísticas. Las cifras hablan por sí solas. El año pasado, se batieron todas las marcas conocidas hasta ahora en la inmigración clandestina. A las costas españolas llegaron 57.498 sin papeles, cerca de 18.000 personas más que aquel aciago 2.006, cuando la llegada de subsaharianos a Canarias, encendió todas las alarmas.
La tendencia para este año de 2.019 no parecía que fuese a ser diferente. Las estimaciones que se hicieron era que, probablemente, 150 inmigrantes irregulares diarios pondrían un pie en nuestras costas.
2018 no nos ha dejado solo frías estadísticas sino también imágenes dramáticas que se han colado en la política, como los asaltos masivos al vallado fronterizo de las ciudades de Ceuta y Melilla, -con una violencia inusitada- , acompañada de lanzamiento de ácido y excrementos a la Guardia Civil y que provocaron un intenso debate en la opinión pública. Casi tanto como el reguero de cadáveres llegados hasta entonces a las costas españolas : 769. El equivalente a dos inmigrantes fallecidos cada día.
Esta realidad no ha podido ser obviada por ninguno de los cinco grandes partidos políticos de ámbito nacional y menos aún cuando la inmigración vuelve a escalar en la lista de preocupaciones de los españoles, según publican todas las encuestas.
Ante esta irrupción de la inmigración en la política, el Gobierno actual está tomando distancia del problema volviendo al discurso de que se trata de una cuestión de Estado que debe de estar fuera del debate político diario y que con gran habilidad lograron sacar del pasado período electoral, realizado en plena primavera.
En poco más de un año, los hechos han dado un baño de realidad a nuestros responsables gubernativos que han desechado ya la política de gestos ( traslados a España de centenares de subsaharianos rescatados de las costas de Libia por barcos humanitarios ) que ha terminado por ser un arma arrojadiza en manos de la oposición, con argumentos más que suficientes para calificar, cuando menos, de improvisadas o erráticas las decisiones tomadas hasta ahora sobre la materia.
No se han visto directrices claras en esta política inmigratoria. Los vaivenes realizados hasta ahora han sido marca de la casa, pasando por el cabreo contra el anterior Gobierno del Partido Popular ( PP ) por su falta de previsión, a la avalancha de llegadas tras el cierre de las rutas del Mediterráneo Oriental ( Turquía y Grecia ) y Central ( Libia e Italia ) a finalmente el desánimo al ver que, -como en años anteriores había pasado en Italia-, nuestros socios europeos solo dan largas a España, a pesar de que, casi la mitad del total de llegadas a Europa ( 121.755 ) por mar, tuvieron por destino las costas españolas.
Igual que lo que ocurrió en la Cumbre de Marrakech ( Marruecos ) por la emigración, convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU ), el pasado 11 de diciembre o en las reuniones bilaterales sostenidas con Marruecos, Senegal, Mauritania o Argelia.
El Gobierno socialista prefiere ahora un perfil bajo en materia de extranjería después de haber debutado con golpes de efecto, tales como querer quitar las concertinas de las vallas fronterizas o la decisión de acoger al Aquarius lleno de inmigrantes subsaharianos, de 26 nacionalidades distintas, después de haber sido rechazados por el resto de puertos europeos mucho más próximos.
Estos gestos de buenismo con los inmigrantes irregulares que ya desataron las críticas de la oposición política contra un Gobierno que apenas había aterrizado, las intentó contrarrestar el propio Gobierno con otras medidas de dureza, como la repatriación de más de un centenar de ellos que habían asaltado la valla fronteriza de Ceuta, de forma violenta el 24 de agosto del pasado año o la negativa -ya en diciembre- a desembarcar 11 inmigrantes que un pesquero alicantino, -de Santa Pola- , había rescatado en aguas próximas a Libia y que finalmente logró transbordar a una embarcación de la Guardia Costera de Malta.
Que el Gobierno socialista no se encuentra a gusto en el debate inmigratorio -porque ha puesto de relieve sus propias contradicciones- , lo demuestra el hecho de mantener ante el Tribunal de Estrasburgo, el recurso – que presentó el Partido Popular (PP)- que defiende la legalidad de las expulsiones en caliente en las fronteras, que tanto había criticado en la oposición y que, realmente, había que introducir en la vigente Ley de Extranjería.
Pero en la actualidad, este Gobierno no quiere ni oír hablar de un nuevo frente -porque con los que ha abierto él solito ya tiene bastante- de una reforma que azuzara todavía más, el creciente debate político sobre la inmigración en el que saben que, en la actual situación, tienen todas las de perder.
Pero como una cosa son los deseos y otra la realidad, a primeros del pasado mes de agosto, aparece el barco de Open Arms cuando nadie lo esperaba y desafiando al Gobierno español en aguas libias, pidiendo un puerto seguro para más de un centenar de inmigrantes de las más variadas nacionalidades que acababa de recoger en el mar territorial de un Estado soberano que no les gusta y del que no tenían autorización para permanecer, ni de España para realizar esa labor que exige unas condiciones de embarque específicas.
Se inicia entonces una guerra mediática que el Gobierno español acaba perdiendo y por tanto, cediendo y el buque humanitario que iba a poner rumbo a Palma de Mallorca escoltado por un barco de la Armada, -tras tres semanas de desencuentros, amenazas, coacciones y desembarcos parciales de enfermos, embarazadas y menores-, es incautado en la isla de Lampedusa por la Fiscalía Italiana, obligando a desembarcar a los inmigrantes que quedaban, que era lo que quería, que el puerto seguro fuese europeo.
Las añagazas de la onegé, habían logrado enfrentar a los Gobiernos español e italiano, colocando su problema en la cabecera de los informativos televisivos y restantes medios de comunicación europeos y ganando la partida porque han demostrado tener mejor estrategia.
Y así es como un buque que incumple las normas de su país, España, ( no reúne las condiciones para el rescate humanitario, ni tiene autorización para hacerlo ); usurpa las funciones de patrulla marítima en Libia para las que no está habilitado; realiza rescate de inmigrantes de manera exclusiva -y no otra actividad- en aguas territoriales extranjeras a las que invade impunemente y a cuyas autoridades desprecia olímpicamente porque no quieren respetar su existencia ( Libia -aunque cueste creerlo- dispone de un Gobierno reconocido internacionalmente, con representación en la ONU ; tiene firmado un convenio con la Unión Europea para combatir las pateras de inmigrantes, acordado en febrero de 2.017 en Malta, para lo que ha recibido 130,8 millones de euros para formación y recursos ) es decir, hace el trabajo de Salvamento Marítimo para el que no está preparado en aguas extranjeras en las que ni siquiera ha pedido autorización y en contra de los deseos expresos del Gobierno español que le prohibió que realizara estas tareas; va a quedar como una organización humanitaria modélica, llena de héroes que a no tardar mucho exigirán su recompensa.
El colmo de esta situación, se produjo el pasado día 20 de agosto cuando se despachó a un Buque de Acción Marítima ( BAM, El Audaz ) -distrayéndolo de sus funciones de vigilancia del Estrecho de Gibraltar- para que se dirigiera a Sicilia a recoger a los 15 inmigrantes que nuestro Gobierno aceptó -finalmente- como parte del reparto de todos los socorridos por el Open Arms y que fueron desembarcados en San Roque ( Cádiz ) el 30 de agosto.
Y la guinda se puso el 29 de agosto, cuando esta crisis dio lugar a un Pleno Extraordinario del Congreso de los Diputados -que estaba cerrado por vacaciones- que con carácter monográfico trató este asunto y donde el Gobierno fue vapuleado por toda la oposición. Utilizando el lenguaje futbolístico, la crisis abierta por una onegé ha humillado al progresista Gobierno socialista y la ha ganado por goleada.
Muchas gracias por facilitarnos una información imparcial y detallada. Saludos
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El propósito principal de este blog es intentar explicar las cosas para que el ciudadano medio lo entienda. Después que cada uno tome la opción que considere más conveniente.
Gracias por tu comentario. Saludos
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La frase por la que Jean Francois REVEL- filósofo y pensador francés, fallecido hace poco mas de 10 años- es y será mas conocido y recordado, y que reza asÍ : «La fuerza que nueve el mundo es la mentira» -gran vedad por cierto- cobra especial veracidad en el mundo político, donde nada, realmente nada, es lo que parece…
El gobierno actual en funciones y el partido que lo sustenta, junto con los demás partidos de esta «mafia»-sí mafia-que controla el país a través del del parlamento, no quieren «definirse» con esta patata caliente que nos ha caído estos último años y actúan siempre en clave electoral, haciendo oídos sordos a las Verdaderas soluciones, que las hay.
Justo es de señalar, sin embargo, que VOX constituye una excepción a lo dicho anteriormente …,https://www.youtube.com/watch?v=_0OLUW7SpfQ…pero, claro, es la-según ellos y los medios comprados que tienen como mafia que son- la extrema derecha, es decir, lo peor de lo peor, los nuevos nazis, etc
La realidad es clara, hay soluciones, todos las conocen, pero que nadie quiere la admitir por aquello de lo políticamente correcto. Y el problema, yo diría gran problema, sigue y seguirá ahí de momento.
De la UE no esperemos nada, mal que le pese al Sr Sánchez, ese bobo que va de guapo, con gafas de marca y amante del Falcon. Por diversos motivos que no vienen al caso es así, lo han dejado claro con su lenguaje «cordial»: Que cada palo aguante su vela.
Volviendo a nuestro país, algunos «listos», especialmente periodistas y tertulianos televisivos, defienden esta inmigración caótica con argumentos tan peregrinos como ¿quien va a pagar las pensiones en el futuro? jeje..es difícil escuchar tontería semejante, como si no hubiera soluciones alternativas. Otros, «meapilas» pertrechados por ahí, indican como soluciones posibles evitar los 100000 abortos anuales que se dan, o incluso que las familias españolas tuviesen mas hijos…en fin…
No quiero terminar sin evocar la solución que recientemente ha dado Trump al flujo migratorio a EEUU masivo a través de Méjico: Como sigan siendo permisivos-se refiere al gobierno mejicano-vamos, entre otros, a aumentar los aranceles. Se acabó el problema. ¿No podemos hacer lo mismo con el Mohaned de aquí abajo, que permite todo, incluso todo el tráfico de hachís? Faltan agallas. Siempre nos hemos «acojonado» con el vecino del sur: que no se enfade, por favor.
Conclusión: Que de momento, todo va a seguir igual, inflándose el globo. Y cada día mas negros y moros-especialmente jóvenes- en las calles, no parecen muchos de Marruecos, no sé de donde vendrán. Esos que van a solucionar las pensiones, en Europa ya han creado barrios enteros, guetos de anti sistemas, delincuentes, gentes inadaptadas y desempleados.
Hasta que algún fenómeno inesperado, fortuito, externo al sistema, como me explicaron en la escuela de negocios francesa donde hice mi MBA, haga que la situación cambie, y que quizá se arregle…o vaya a peor. La Historia dicen que se repite.
Saludos.
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Punto de vista interesante con extensa reflexión. El fenómeno inmigratorio tiene tantas perspectivas…. que no se está abordando ninguna. En fin, veremos que ocurre con el nuevo Gobierno -si lo hay- o con las nuevas elecciones -si se convocan-.
Gracias por tu comentario José Manuel. Un abrazo.
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Querido Juan Fran, como siempre, conciso y riguroso tu artículo sobre la inmigración ilegal.
Hace unos años, siendo Jefe de la Brigada de Extranjería y Documentación de Sevilla, me publicó un artículo el Diario El Mundo, sobre este asunto, y yo expresaba, que es imposible poner puertas o fronteras, al hambre. El paso de más de 10 años, me ha dado la razón, y el asunto se ha desbordado y no tiene visos de solución ni a corto, ni a largo plazo. Se que lo que voy a decir va en contra de alguna opinión expresada en este foro, pero hemos reflexionado sobre qué todos los seres humanos, en el planeta tierra, nacemos iguales, con los mismos derechos y obligaciones y nadie debiera ser árbitro sobre la libertad de circulación de personas de cualquier semejante, podría ser cualquiera de nosotros, el que hubiera nacido en África, o en cualquier zona sometida a conflicto bélico o hambruna. Que haríamos entonces cuando viéramos morir de hambre a nuestros hijos y nietos?, yo al menos haría lo mismo que ellos, jugármela tirándome al mar, en una patera, aún cayendo en manos de las mafias.
Por eso, soluciones y bandazos políticos, nada de nada, soluciones tipo Salvini, Vox, Trump, etc, nada de nada, todo lo que no sea, que los países ricos se comprometan en serio a invertir y allegar recursos, que los hay, en los países de origen, yo, al menos lo veo, como unas políticas de parcheo que tienden a agravar la situación el el mundo. En fin, es otra perspectiva, que puede que tampoco sea la solución a éste, para mí, primer problema que tiene ahora mismo, nuestro planeta. Como veis, soy totalmente pesimista sobre el devenir del problema de la inmigración ilegal, me gustaría equivocarme, un abrazo a todos y felicidades Juan Fran, por recordarnos lo que tenemos encima, y mucha gente ni se da cuenta. Fuerte abrazo. Paco Perea
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Lo que afirmas en tu reflexión es completamente normal de entender y como bien dices, de difícil solución. Pero no podemos olvidar que a este fenómeno hay que ponerle límites, por muchas razones. Una de ellas es que estamos hablando de millones de personas y ya no es que no quepan en España, es que no caben en toda Europa. Tampoco son -mayoritariamente- de nuestra cultura y de nuestros valores. Su número les hace fuertes y se enquistan en los barrios marginales de las grandes ciudades formando guetos que estallan de manera violenta periódicamente. Su integración no es fácil y muchos de ellos no están por la labor. La inmigración ilimitada es una amenaza para nosotros que nos obliga a redefinir los sentimientos de solidaridad, comprensión y ayuda indiscriminada. Lamentablemente, empieza a ser un problema político y social que será más complejo con el tiempo y no se sabe qué hacer.
Muchas gracias por tu comentario, Paco. Un abrazo.
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Si Juan Fran, ya se que abrir fronteras es inviable y una utopía, mi reflexión iba dirigida y creo en ello que si se dedicarán más recursos en desarrollo en los países de procedencia, paliaria bastante el problema, saludos
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Desde luego que, una parte muy importante de la posible solución sería la ayuda en origen y algo de eso habrá que plantearse para el futuro inmediato porque asi no podemos seguir. Cada año vienen más.
De nuevo gracias, Paco. Un abrazo.
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