AQUÍ NO ENTRA…: ¡ NI LA POLICÍA !

Cuántos de nosotros no ha escuchado esta frase, tanto en boca de buena gente para decir que es un barrio o una zona peligrosa para nuestra seguridad ; como en expresión de delincuentes de poca monta que tratan de reafirmar la seguridad de sus guaridas o de sus domicilios.

Estos barrios suelen estar en poblaciones urbanas de cierta dimensión y en las grandes capitales de provincias. Quién no ha oído hablar o leído en la prensa o ha visto en televisión, las características de barrios como : La Mina en Barcelona  ; El Cabañal en Valencia ; La Cabaña Real en Madrid ; Las Tres Mil Viviendas en Sevilla y tantos otros.

Son rincones olvidados por todas las administraciones públicas, poblados por miles de personas que viven en condiciones precarias que, normalmente, acuden a la delincuencia para poder sobrevivir.

Llegaron al calor de un rápido desarrollo urbanístico que los condenó al chabolismo y las autoridades respectivas reubicaron a estas familias para acabar con el mismo. Su baja extracción social y poca formación educativa desbordaron pronto los servicios y equipamientos del barrio, convirtiéndose así en « guetos » producto del aislamiento físico y social ; a la gran densidad de población y a las actividades delictivas. Las grandes inversiones realizadas en programas sociales, no han dado los resultados esperados.

Constituyendo así, los denominados » puntos negros » de la criminalidad urbana, en el lenguaje policial. Barrios consumidos por la droga donde los clanes y los traficantes se mueven con mucha soltura. Donde tampoco falta la prostitución y el blanqueo de dinero y donde es frecuente que los conflictos familiares se resuelvan a tiros.

Para combatir esta lacra, la Policía Española creó en su organigrama de las Grandes Urbes, las Comisarías de Distrito, que no son más que la agrupación de varios barrios próximos entre sí aunque desiguales territorial y socialmente, a las que dotó de la organización básica para adaptarse a este tipo de delincuencia, a través de Unidades Uniformadas ( Grupos de Seguridad Ciudadana ), para la prevención de los delitos realizando las correspondientes patrullas policiales y las Unidades de Investigación ( Grupos de Policía Judicial ), que van sin uniformar para su misión de identificar y localizar a los posibles autores de las infracciones criminales. En determinadas operaciones pueden contar con el apoyo de otras Unidades Policiales especializadas, uniformadas o no.

Resultado de imagen de Puntos negros de las ciudades

El trabajo de Policía es difícil y arriesgado en cualquier lugar, pero hacerlo en barrios como los mencionados y otros similares, se convierte en una dura prueba diaria. Su actuación no es tan espectacular como en las películas pero entraña los mismos riesgos. Los Policías Uniformados que patrullan a diario allí, no tienen un perfil concreto porque se entiende que cualquier Agente debe de estar preparado para afrontar cualquier situación.

Tampoco cuentan con un plus de peligrosidad, ni reciben una formación específica. El Policía que no aguante trabajar bajo esta presión, solo tiene una salida : esperar a que haya vacantes en otras Unidades y pedir su traslado.

La afirmación de que allí « no entra ni la Policía » no es real. Es una de esas manifestaciones gratuitas tendentes a la exageración y a las que tan aficionados somos los españoles. En España no hay lugar donde no pueda entrar la Policía, por ahora…..

Las actuaciones policiales en estos barrios son frecuentes, especialmente contra el tráfico de estupefacientes y por el patrullaje ordinario de Unidades Uniformadas. Su número depende de los recursos que se dispongan, a mayor número de efectivos mayores operaciones policiales.

14 comentarios sobre “AQUÍ NO ENTRA…: ¡ NI LA POLICÍA !

  1. Bastante tienen los.policias destinados en estas comisarias de distrito, pues son lugares de permanente conflicto…donde seguro no son bien recibidos.
    No me gustaría este destino si fuera policía, sería de los que piden el traslado 😉

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    1. Estos barrios son los sitios ideales donde los Policías de nuevo ingreso se deben de foguear y adquirir la experiencia suficiente para optar a otro destino, normalmente especializado. Los Policías recién destinados pueden comprobar sobre la marcha todas las enseñanzas recibidas a modo de cursillo acelerado. Hay muchos que le toman el pulso a estos barrios y están encantados. Otros, en cambio, se marchan a la primera oportunidad que tienen. Las Comisarías de Distrito hacen -desde el punto de vista profesional- una selección natural de los Policías y que recordarán el resto de su vida profesional. A mí me parece conveniente su paso por estos destinos porque se comprueba enseguida si tienes vocación o no.
      Gracias por tu comentario, Leyre. Un beso.

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  2. Lo que yo conozco, las 3000 viviendas, no es una barriada olvidada por la Administración ni mucho menos. Allí se han invertido ingentes cantidades de dinero para arreglo de viviendas y cuenta con infinidad de ayudas sociales que solo han servido para prolongar la dependencia de determinados sectores sociales acostumbrados a las ayudas de rigor, incluida
    una cantidad mensual por llevar a sus hijos al colegio. Todo eso y más que no sirve para casi nada porque la cultura del trabajo y el esfuerzo, que es lo que habría que fomentar no se hace o se hace de una forma totalmente descafeinada .

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    1. Como bien sabes, en los barrios marginales hay que realizar más acción social que policial porque de lo contrario y en ausencia de la primera, la Policía se queda sola y al final los grupos organizados se apoderan del territorio y aparece siempre como un .problema policial.
      En lo que respecta a las 3.000 y a pesar de que se han realizado Planes Integrales para recuperar la barriada, estos han fallado en la intensidad y temporalidad de sus acciones. El Delegado de estos Planes es del mismo color político que la Junta de Andalucía y cuando cambia el Gobierno de esta, también cambia aquel. Resultado: parones obligados por la falta de sintonía y especialmente.de presupuesto. Las operaciones policiales sabes que son frecuentes y eficaces pero luego la lentitud judicial disminuye el éxito. Yo abogaría por una solución a largo plazo -los políticos solo saben del corto- con una estructura fuerte y permanente muy profesional y con un esfuerzo sostenido. Los bandazos que se han dado hasta ahora solo han beneficiado a los delincuentes que como sabes, viven allí fortificados.
      Gracias Antonio por tu comentario. Un saludo.

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  3. En todas las ciudades, existen puntos negros o conflictivos, que algunos llaman: «Ciudad sin Ley», pero no hay lugar donde no pueda entrar la policía para seguridad ciudadana y de la propiedad.

    La marginación la exclusión social, el analfabetismo, la pobreza, todo esto influyen a que se constituyan «guetos», que es responsabilidad de toda la sociedad, gobiernos municipal, regional y estatal, Concejalías de Asuntos Sociales y Bienestar Social, Ong/s Cáritas, Cruz Roja, Obispado, instituciones y ciudadanos tenemos el deber moral de ayudar al bienestar de estos rincones y habitantes, donde no queda más salida que la droga, etcétera.

    Falta siempre presupuesto, por fin después de tres años el Ayuntamiento de Murcia está dotando de un buen número de policias municipales que demanda la sociedad, y los grupos políticos municipales. La presencia policial, es fundamental, para la seguridad ciudadana, y el respeto de la propiedad y bienes ajenos. Y es buena experiencia para los policías.

    Abrir centros sociales, educativos, deportivos, como Hogares de la 3ª Edad, Hogares de Juventud, Centros Catequistas, como hay en la Iglesia parroquial de Santa María de Gracia, un barrio tranquilo y modélico, donde en mis tiempos de juventud, nos reuníamos los jóvenes, lateral de la Iglesia,Escuela Catequista, organizado por el famoso padre Cura Joseíco, y su coadjutor Alfonso de los Reyes, (Organista de la Catedral), habia diversas actividades u ocupaciones, juegos, lectura, salón de baile, catequesis para adultos,teatro, fútbol, expediciones senderismo al Valle, Santuario de la Fuensanta, hasta se formó un grupo musical con canciones folclóricas de Folk, espirituales negros, tocábamos con toda clase de instrumentos musicales, tanto en el local como en la propia Iglesia los domingos, en la Santa Misa, conocidos como Grupo Musical Chicos Día Feliz, Actuaciones Barrio San Antonio,playa de Bolnuevo en Mazarrón, tuvimos éxitos musicales con canciones de Jarcha, Agua Viva, Mocedades,canciones de la época «Oh Happy Day,. También existia Escuela de Artes y Oficios, Escuela de Maestría Industrial, para aprender un oficio, dotarlos con las modernidades de ahora, informática, etcétera

    .Editamos una Revista Miscelánea literaria, musical y deportiva, con numerosas anécdotas y chistes de la época.

    Tener la mente ocupada:. «Mens in sana corpore in sano».

    Imaginación al poder, donde exista buenos presupuestos para estas funciones y evitar que la juventud aprenda a delinquir por falta de medios, cultivar ciencia y espíritu, a convivir en paz y amistad.

    La sociedad entera debe implicarse, es responsabilidad de todos.

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    1. Así me parece a mí también que es: Planes Integrales para el Barrio e implicación de todas las Administraciones y esfuerzo sostenido para lograr el objetivo final que no es más que ayudar a esos residentes a salir de la marginalidad que la necesitan con carácter urgente. Buena y completa reflexión que a mí me parece muy acertada.
      Gracias por tu comentario, Juan. Un abrazo.

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  4. Las Comisarias de Distrito como bien describes en tu artículo, son la verdadera escuela de policías en cuanto a saber tratar los problemas in situ de esos barrios conflictivos, y adquirir la experiencia para su futuro en otros destinos.

    A mi corto entender creo que lo que necesitan en estos destinos, es más apoyo y medios por parte de los mandos que los dirigen, para que se sientan más protegidos en su trabajo diario, pues creo que las limitaciones que tienen para ejercer la fuerza en los casos de peligro, les tienen que frenar a ellos y a cambio les dan fuerza a los delincuentes con los que se tienen que enfrentar, y que se sienten impunes.

    Es lamentable que las autoridades en muchos casos, duden de los policías y justifiquen a los delincuentes, de tal manera que me imagino lo que sentirán en algunas ocasiones, cuando se han jugado la vida por mantener el orden, y no tienen el reconocimiento que se merecen.

    Realmente los barrios conflictivos abundan cada día más, debido a la situación que sufre nuestro país, tanto política como económica, pero ante la cual los políticos que nos dirigen miran para otro lado . Quizás piensen que esa gente les vota a ellos, y eso pesa más en algunos que la justicia.

    Mi reconocimiento a los buenos policías que tienen esos destinos, y mis mejores deseos para ellos. Espero que algún día podamos pasear por todos sitios, tranquilos y a cualquier hora, sin delincuentes ni drogas. Sé que es una utopía pero me gusta pensar que llegue a ser posible. Los que eso lo vivimos hace años nos gustaría volver a disfrutarlo.

    Un abrazo, Fernando

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    1. Una vez más comparto tu reflexión sobre este artículo y del que se ajusta plenamente a la realidad. Las Comisarás de Distrito se crearon como respuesta a la que hoy se conoce como Delincuencia Urbana y siempre han actuado para frenar lo que todos conocemos como inseguridad ciudadana: robos en comercios y domicilios, tirones en la vía pública, hurtos en los mercadillos, drogas en los institutos de enseñanza… La pequeña delincuencia que hace mucho al ciudadano…. y al que no se le puede dar la respuesta que merece por falta de recursos… como siempre. Hacen mucho y bien con los efectivos con que cuentan pero necesitan muchos más. La seguridad pública podría ser mucho mejor si se le prestara la atención gubernamental necesaria pero los políticos no están en esa línea de ayudar a los ciudadanos sino de dirigir la nación hacia objetivos utópicos, e innecesarios.
      Gracias por tu comentario, Fernando. Un abrazo.

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  5. Los barrios conflictivos El Palmar, numerosos atracos a viviendas y turismos demandan vigilancia y apoyo policial en los medios de comunicación mass media prensa, radio y televisión, otros barrios El Espíritu Santo de Espinardo, y en Avda. de la Fama, en estos lugares se puede curtir en experiencia personal los policías de distrito recién incorporados, es una escuela de la teórica a la realidad, solo la presencia de la policía infunde respeto y seguridad ciudadana, es un escudo contra los robos, allanamiento de moradas, propiedad, daños físicos, etcétera.

    LA POLICIA MUNICIPAL Y NACIONADL, SON VALORES EN ALZA DENTRO DE LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA.
    MI ADMIRACIÓN Y RESPETO.

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    1. Muy agradecido por tus piropos a los Cuerpos Policiales pero yo añadiría que solos…muy solo solos para frenar todos esos delincuentes que se refugian en estos barrios marginales para escapar de sus fechorías. El esfuerzo policial sirve de poco si no va acompañado de una variada e intensa acción social que evite que mucha gente caiga en la delincuencia por falta de recursos y oportunidades.
      Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.

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  6. También en Salamanca hay un barrio “nolime tangere”: Buenos Aires, un conjunto de viviendas baratas, ladrillo visto, en una campa alejada de la ciudad y cuyo diseño invita a escapar de allí tanto si vives como si no. Al otro lado de las vías de tren que lo ciñen por un lado, todo es blanco y negro: son las bolsas de basura que moradores de la calle Villanueva de la Serena arrojan desde sus balcones los días grises y los de color. Y si nos adentramos en las viviendas, en los bloques, mejor será tener estómago de ver autopsias, mejor no hablar de ello. No tiene calles con nombres como Patagonia, La Pampa, Santa Fe o Misiones, que parecen más sugerentes que las visibles: todas de Extremadura, incluida la plaza central, con ese nombre. Y, como Extremadura, Buenos Aires también es pacífico, si exceptuamos algún arrebato pasional a lo Puerto Hurraco, alguna muerte con jeringuilla en antebrazo, algún tiroteo ocasionado por los quinquis (enemigos acérrimos del imperio calé) más que nada para asustar, y visitas puntuales de Iberdrola, que no sé por qué irritan tanto a los naturales del lugar. Pero la Policía sí, sí puede entrar. Es un lugar apartado pero urbano, discreto, no molesto en demasía, marginal. No tardé en darme cuenta, en mi etapa de Participación Ciudadana, que con seguridad, en su día, quien tuviera el poder para hacerlo eligió cuidadosamente el sitio, y nunca, nunca, iban a mover un dedo para que las cosas cambiaran, por la lógica sospecha de que irían a peor: es mejor tener el barrio malo a tres kilómetros que a cien metros de la Plaza Mayor, como antes el Barrio Chino.
    ¡Ah, se me olvidaba! Sí hay, no un barrio entero, sino calles imposibles de transitar en Salamanca, especialmente los viernes por la noche: las que tupen los estudiantes hasta altas horas de la noche: calle Varillas, Gran Vía, Gonzala Santana, San Justo… Pero eso no nos preocupa, ni siquiera a la Policía, pues son gente educada y solidaria, que –vómitos, ruido y orines aparte– nos dejan unos pocos euros en la ciudad. Y asustan a nuestros campos y a nuestras vacas menos que Podemos, todo hay que decirlo. Un abrazo.

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    1. Buena e ilustrativa descripción de un barrio marginal típico de una capital de provincia española realizada por un gran profesional que, a buen seguro, debió de visitar en varias ocasiones. Creo que coincidirás con la idea que tiene mucha gente de lo que ocurre en estos territorios que se sitúan extramuros de los centros urbanos.
      Gracias Víctor por tu comentario. Un abrazo.

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  7. Si, yo creo que en el tema estamos todos más o menos de acuerdo. Lo difícil son las soluciones a los problemas. Por lo general (pasa en Salamanca), los ayuntamientos prefieren tener un foco controlable que muchos, y si es en sitio apartado, mejor. Algunos entendidos achacan el tema a un urbanismo equivocado (por saturación, degradación, marginación, falta de equipamientos…), pero eso no suele ser así: Buenos Aires es un barrio estigmatizado, como lo es el 60% de la población que vive allí, gitana, pero tiene un servicio de autobús cada 20 minutos, unos accesos envidiables, ningún foco de contaminación próximo, zonas verdes, colegio público, un polideportivo… No, no es un problema de dotación. Solo con un puñado de actuaciones sencillas nos olvidaríamos del asunto: sacar de allí a las cuatro o cinco familias que trafican con droga (los pisos son de titularidad pública); eliminar la posibilidad de aparcar camiones en la carretera que lo une a la ciudad (así se erradicaría la prostitución callejera e inhumana –he visto exhibirse a las “conocidas” con muchos grados bajo cero–), insistir en la escolarización de los niños Y NIÑAS gitanos, y pocas cosas más. En Valladolid existe un barrio marginal llamado Los Pajaritos, y en su día el ayuntamiento de esa ciudad tuvo la original idea de… confinarlo para los no residentes. Se acabó el problema de la droga en Los Pajaritos… pero… Entre otras cosas, las múltiples entidades de “derechos humanos” clamaron contra esta restricción de libertades, contra este ataque a la Constitución. Puede que tuvieran razón, el hecho es que el barrio volvió a abrirse al “público en general”, los patriarcas respiraron, los buenistas también, y los drogadictos volvieron a ir y venir de Los Pajaritos. Alguno que otro moriría, digo yo, pero esos capítulos no interesan tanto.

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