LA VENTA DE PRODUCTOS FALSIFICADOS.

Según los datos facilitados por la Oficina Española de Patentes y Marcas, el comercio de productos falsificados le cuesta a cada español 133 euros al año, más de 67.000 empleos y casi 7.000 millones de euros en  pérdidas de ventas. A pesar del elevado impacto que esta venta ilícita tiene en la economía nacional, la falta de colaboración de los Ayuntamientos, especialmente en el Madrid de la desaparecida Manuela Carmena y en la actual Barcelona de Ada Colau, permiten la venta de los productos falsificados con total impunidad, particularmente a los inmigrantes irregulares de origen subsahariano.

En algunos sectores como el textil, España es el segundo país más afectado por las pérdidas totales de ventas y empleo, según el último informe disponible de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ( OCDE ), relativo a 2.016. En España suponen el 9,3% de las ventas, ( 6.175 millones de euros en pérdidas ) cifras que sitúan a nuestro país por encima de la media europea, donde las falsificaciones son el 7,7% de las ventas y las pérdidas se estiman en 58.937 millones de euros.

Las Navidades son las fechas en las que este comercio ilegal se intensifica, sobre todo en las categorías más sensibles a las falsificaciones como son los perfumes o los juguetes. Estos sectores realizan un 35% de las ventas anuales en esas fechas por lo que el impacto de las falsificaciones puede ser crucial en su facturación.

Además de su población y por su importancia turística, Madrid, Barcelona y Valencia concentran una gran parte de las ventas de los productos ilícitos. Para combatir estas actividades, el Gobierno socialista, creó la Mesa del Intrusismo en noviembre de 2.018, impulsada por el entonces Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en la que participaban cinco Ministerios, Ayuntamientos y Asociaciones de sector comercial privado afectado y lanzó una campaña de concienciación para que los consumidores no compraran estos productos.

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Sin embargo, desde la Asociación para la Defensa de la Marca ( ANDEMA ), critican que los Ayuntamientos de Madrid -cuando gobernaba Carmena- y Barcelona, no hayan tomado las medidas necesarias para luchar contra la venta ilegal callejera, a pesar de que los Consistorios son los que tienen las competencias para vigilar estas actividades irregulares.

Según la Agencia Tributaria y con arreglo a los datos de las intervenciones realizadas por el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales, en 2.017 se incautaron en las fronteras 3,1 millones de productos falsificados, en 2.999 operaciones. El valor de lo interceptado superaban los 60 millones de euros y la tendencia es ir a más aunque los datos son estables gracias a las intervenciones de los Cuerpos Policiales.

En algunos sectores como el de cosmética, las falsificaciones suponen el 16% de las ventas, con pérdidas superiores a los 900 millones de euros. En las prendas de vestir, son el 8% de las ventas ( 2.063 millones ) y en los teléfonos móviles, un 10% ( 386 millones ).

Hay categorías donde esta venta anómala conlleva un peligro especial como es el caso de las juguetes, los medicamentos y los vinos y demás bebidas porque además de las pérdidas económicas hay que añadirles el componente de peligrosidad para la salud pública. Los juguetes de la espuma son de los más incautados y es el segundo elemento de la Unión Europea más sancionado.

8 comentarios sobre “LA VENTA DE PRODUCTOS FALSIFICADOS.

    1. Este fenómeno de la venta de productos falsos ya has visto la importancia que tiene y no le hacemos caso. Por eso he publicado el artículo para recordar el daño que le estamos ocasionando al comercio tradicional y no nos damos cuenta.
      Gracias por tu comentario, Leyre. Un beso.

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  1. Todos los veranos es la misma historia: voy sorteando, por el paseo marítimo, niquis, carteras, relojes, sujetadores, bolsos…, con cuidado de no pisar el género, lo que seguro enfadaría al vendedor. Me llama la atención lo bonito y bien ordenado que está todo, y eso es así porque resulta atractivo. Pero también pienso que, a no ser llevado por un súbito ataque de solidaridad, o la agresiva reacción de mi ebriedad, pasaré de largo dando un rodeo. Procuro, además, no mirar a ojos de los pulcros y dicharacheros vendedores, recién salidos de la academia comercial de algún zoco de Dakar. Ojo, ya sé que estáis pensando en Calpe, pero la escena puede observarse a lo largo de todo el litoral español.
    Y ocurre que pensamos en el género, de dónde y cómo habrá venido, cuántas personas vivirán del tema, qué calidad REAL tiene, cuánto le pagarán al obrero textil, si allí habrá seguros y sindicatos. Y en las marcas: lacostes tirados por el suelo, chaneles al sol, bolsos armanis y loewes esperanzados. Recuerdo la primera vez que compré un jersey Lacoste en Salamanca: la dependienta me miró de arriba abajo y estuve a punto de salir de la tienda casi sin haber entrado: ¡qué osadía, osar adquirir (que es más que comprar) una prenda tan exquisita! Cada vez que miro al jersey, y me miro después, comprendo que pagara semejante cantidad por él. Está como el primer día, yo quiá.
    Nunca he comprado nada en el paseo marítimo, y no solo porque piense en los pobres autónomos nacionales, que pagan sus impuestos y TAMBIÉN han de sobrevivir, sino ante todo porque me sentiría fatal, muy ridículo, que empezara a llover y del niqui “lacoste” tan bonito él comenzaran a caer chorretones de tinte, como al tal Giuliani. Me da pena que los emigrantes “subsaharianos” (son como los “afroamericanos” de la Sexta, pero que «migran» como las aves) lo pasen mal, pues, no lo duden, son las mayores víctimas de este mundo aperreado, pero pienso que, ante todo, las leyes, las normas, están para ser cumplidas, les guste o no a quienes nos gobiernan. Solidaridad sí, pero no así.

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    1. Gran reflexión que amplía y mejora mi exposición del problema. Has dicho la realidad tal cual es y nuestro egoísmo no nos deja ver -al comprar- el daño que le hacemos a la tienda de enfrente que apenas contiene los nervios al ver el poco apoyo que tiene por su propio Ayuntamiento que -normalmente- permite esta competencia desleal.
      Gracias por tu comentario, Víctor. Un abrazo.

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  2. LA VENTA DE PRODUCTOS DE PRODUCTOS FALSIFICADOS. Un buen articulo como todos los que publicas problema candente, de la venta ilegal.

    Hay que actuar principalmente contra la mafias que lo tienen todo bien organizado, más que estos pobres desgraciados que los utilizan «sin papeles» y no tienen otra forma de ganarse el sustento. Si la venta no es superior a 4OO euros, no se considera delito, y si van a comisaria o juzgados, son dejados en llbertad y vuelta a delinquir.

    Es una competencia desleal grave, a los comercios legales que pagan seguridad social e impuestos, principalmente por los paseos marítimos de Barcelona, Madrid, Comunidad Valenciana, Alicante y otras comunidades andaluzas,

    Se ha hecho muchas veces la vista gorda, problema de los políticos y los gobiernos de las comunidades autónomas que lo consienten, como en Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, costas andaluzas y en algunos puntos costeros de la región de Murcia.

    Se falsifica todo, juguetes, ropa, música,bebidas, todo género imaginable, no solo a los top mantas, también en establecimientos, produciendo enormes pérdidas y como bien dices, añadirles el componente de peligrosidad para
    la salud pública.

    Si los políticos lo consienten y no legislan mejor, la policía y los jueces no pueden hacer más.

    No hay que contribuir a comprar estos géneros por falsos, no reunir garantías, ni poder reclamar en caso
    defectuosos, al no existir un resguardo o factura legal, imposible reclamar a las Organizaciones de Consumidores, la venta ilegal.

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    1. Has hecho una buena exposición de un problema al que nos hemos acostumbrado a ver en nuestros mercadillos y en nuestras playas como algo normal y no debería de ser así. Ya has visto el daño que este fenómeno en su conjunto hace a la economía nacional y engorda las arcas de la economía sumergida. El plan que tenía el Gobierno ha fracasado por completo y desapareció nada más anunciarlo.

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  3. Querido Juanfran me alegro que hayas sacado a relucir el tema de los que llamamos «top manta», es un tema complicado y difícil de solucionar, por otra parte sabemos que todos estos emigrantes ilegales no tienen, por supuesto, posibilidades de trabajar en ningún sitio, si no se emplean en este tipo de actividades ilegales o alegales no sé cómo iban a sobrevivir, con esto no quiero decir que se haga la vista gorda a este tipo de actividad, pero sí que socialmente es una espita que se abre como en una olla exprés para evitar que estos emigrantes debido a su necesidad, caigan en otro tipo de actividades ilegales como pueden ser los pequeños hurtos o ya directamente los robos o el trapicheo de droga, la sociedad lo que hace es removerse ante su ineficacia, ante las carencias que tiene el sistema y busca esas posibilidades, de las que se aprovechan los que manejan a gran escala este tipo de negocio, ellos, los emigrantes, son también víctimas como bien decíais, está la víctima del comerciante legal, del autónomo que paga sus impuestos y lucha por sobrevivir y más en la situación actual de pandemia y ve como en la misma puerta de su negocio donde el vende bolsos, carteras y artículos de piel, hay un montón de top manta que están exhibiendo esas marcas falsificadas a precios irrisorios con lo cual está claro que la mayoría de la gente no entra siquiera a su negocio y alguno de ellos están abocados al cierre, el problema es muy delicado y complicado.
    Analizar también lo que sería si estas personas no se dedicaran a esto o a la venta de kleenex en los semáforos o actividades parecidas no sé qué pasaría con todas estas personas que están sin trabajo y sin posibilidad de alcanzarlo, al encontrarse en España, de forma ilegal, simplemente es una reflexión, creo que habría que buscarles otras alternativas, mientras dure su estancia ilegal, aunque ésto también es complicado, un abrazo y feliz Navidad para todos los blogueros

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    1. La inmigración ilegal es un problema de difícil solución del que ningún país ha podido resolver de manera integral, solo han logrado planes parciales. Yo tampoco la tengo pero lo que si creo es que ninguna administración pública -especialmente los Ayuntamientos- deben de tolerar que, a plena luz del día, se realicen actividades ilícitas frente a establecimientos legalmente constituidos cuyos propietarios no sé como pueden contener la rabia ante tan descarada competencia desleal. Dado que la mayor parte de estos vendedores de productos falsificados son personas procedentes del África Subsahariana y por tanto inexpulsables por varias razones, se les debería de ayudar con programas sociales que les permitieran integrarse poco a poco: aprendiendo nuestro idioma, nuestras leyes, nuestras costumbres… Porque ellos no se van a marchar de España voluntariamente. Han decidido quedarse aquí y mejor sería protegerlos que dejarlos a su suerte y abocados a la delincuencia
      Gracias Paco por tu comentario. Un abrazo..

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